BARCELONA, 19 May. (EUROPA PRESS) -
La candidata a la Alcaldía de Barcelona por ICV-EUiA-EPM, Imma Mayol, apostó hoy por un mayor uso de las energías renovables a través de una ordenanza solar fotovoltaica pionera que afectará a comercios, hoteles y hospitales de más de 3.000 metros cuadrados y a oficinas, escuelas, bibliotecas y equipamientos públicos de más de 1.500.
Este proyecto para producir electricidad a partir de la energía solar se encuentra ya en trámite administrativo después de un trabajo de consenso con todos los agentes del sector desde 2002 en la Mesa por la energía solar en Barcelona, por lo que la alcaldable calculó que podría entrar en vigor a mediados de 2008.
Mayol admitió, sin embargo, que "aún no estamos en condiciones de generalizarlo" a las viviendas, ya que resultaría "demasiado caro", pero confió en que esta nueva medida también sirva de "modelo y estímulo" para otras ciudades, como ya sucedió con la ordenanza solar térmica.
Como medidas complementarias en el ámbito de las energías renovables, la candidata de ICV-EUiA-EPM se comprometió en el próximo mandato a elaborar una nueva ordenanza de eficiencia energética, a adaptar los edificios municipales a criterios de ahorro y a sustituir la flota de vehículos hacia modelos híbridos, de gas y de biodiesel.
Además, abogó por preparar la ciudad para los vehículos eléctricos, instalando cargadores en los aparcamientos municipales y subvencionando a los privados, y recordó que próximamente abrirá sus puertas en la ciudad el Centro de la Energía de Barcelona, un edificio de la Barceloneta que mostrará todos los mecanismos de ahorro energético que existen.
La candidata hizo estas propuestas en el Centro Cívico del Carmel, uno de los 35 equipamientos públicos que dispone de placas fotovoltaicas para producir electricidad. Durante este mandato, el ayuntamiento ha colocado 17 placas con un objetivo energético pero también sensibilizador hacia la sociedad y hacia el sector privado.
ÉXITO DE LA ORDENANZA SOLAR TÉRMICA.
La alcaldable ecosocialista se mostró muy satisfecha de que Barcelona ya fuera la primera ciudad del mundo en aprobar una ordenanza solar térmica para el calentamiento del agua y el modelo para 52 municipios de Catalunya y otros 20 del resto de España.
Según Mayol, en siete años Barcelona ha pasado de tener 1.650 metros cuadrados de placas solares térmicas a tener 40.000 metros cuadrados y el ahorro conseguido equivale al consumo de agua de 60.000 habitantes en un año. Esta medida evitó, además, que se lanzaran a la atmosfera 5.640 toneladas de dióxido de carbono, que sólo se podrían compensar con 28 parques de la Ciutadella.
