El arzobispo de Tarragona lamenta la "agresividad" contra la religión, cuando predica el amor, la paz y la justicia

Actualizado: martes, 2 enero 2007 13:00

Los obispos condenan el terrorismo y la eutanasia, dos "preocupaciones actuales"

TARRAGONA, 2.- (EUROPA PRESS).-

El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, manifestó su preocupación por el hecho de que en no pocos ambientes de nuestra sociedad hablar de Dios es "incómodo". Y esto, por encima de todo, es una gran injusticia con Dios.

El arzobispo Pujol en unas declaraciones a Europa Press, atribuyó esta situación al laicismo y a su agresividad contra la religión y contra lo que la religión representa. Esa agresividad ciertamente en muchos ambientes intelectuales de Europa está ya de vuelta, está en horas bajas. Sin embargo, en España asistimos todavía a formas de esta "agresividad" contra lo religioso. Es algo que no encaja con la aconfesionalidad del Estado, con la deseable independencia entre los ámbitos político y religioso. "Se manifiesta concretamente en suprimir las referencias religiosas en las escuelas. Esto sería una desgracia personal y colectiva. Llevaría, por ejemplo, a que no se celebrase la Navidad, porque, si se cortan las raíces cristianas de un país, si se pierde la transmisión de la fe, esto representa una gran pérdida para todos". "Por el contrario, como vemos especialmente estos días con motivo de las fiestas de Navidad -añade el arzobispo_, la religión reclama la paz entre los hombres, los llena de esperanza, de amor, de humildad, de confianza, de justicia, de entrega a los demás". La religión une, no desune a los hombres.

El laicismo, según el arzobispo Pujol, quiere relegar la religión al ámbito privado. Es ya un tópico. Por eso señala que un día le llamó la atención el comentario de un tercero: "¿Y si en lugar de eliminar la religión en la escuela se restringe el laicismo al ámbito privado? Pienso que la polémica entre lo laico y lo religioso debe llegar ya a buen puerto, pues unos y otros, creyentes en una u otra religión y no creyentes, al final tenemos la obligación de convivir en paz y de entendernos. El nacimiento de Dios estos días hace reflexionar, pues las tradiciones de la Navidad hablan de perdón, de reconciliación, de buenos deseos de cara al futuro, de construir un mundo mejor y en paz entre los hombres. Conmemoramos el nacimiento de un Dios vivo que nace en la pobreza de Belén, muere en la Cruz y luego resucita de entre los muertos".

LO QUE DESUNE NO ES LA RELIGION SINO FORMAS DE HACER POLITICA.-

No se entiende, añade el arzobispo de Tarragona, que hoy se presente el culto a Dios a la plaza pública "como un elemento de desunión". Hoy lo que desune, y lo hemos visto por ejemplo en las mismas familias, no es la religión, sino muchas veces una forma de entender la política y las luchas entre los partidos. Por eso, tal vez sí convendría invertir los términos con que el laicismo plantea quitar la religión en la escuela, substrayendo en cambio de la escuela el laicismo y su agresividad. Para Jaume Pujol, Dios, que paradójicamente en estos días viene a anunciar la paz en el mundo, "es un invitado incómodo para muchos, y hablar de él es políticamente incorrecto. Por eso me planteo qué ha hecho Dios para merecer esto. Tal vez sea el exceso de ocupación de la gente, el materialismo consumista, que ha hecho de Dios algo accesorio en su vida, cuando el hombre como recuerda el Papa Benedicto XVI, necesita llenarse de paz interior, de una existencia interior".

RELACIONES ENTRE OBISPOS CATALANES Y LA CONFERENCIA EPISCOPAL

Por otro lado, se ha hablado, y se habla, de si hay una cierta "tensión" o al menos de distanciamiento entre los obispos catalanes --al menos algunos de ellos-- con relación al resto de la Conferencia Episcopal Española. El arzobispo Pujol dijo que "esto no es así". Es cierto que hay distintas sensibilidades entre los obispos españoles, entre un obispo andaluz y otro gallego o valenciano, por ejemplo; porque "el obispo se hace del lugar" y vive con la gente y manifiesta esta diversidad. Es lo que hace que los 70 miembros de la Conferencia Episcopal sean diversos en algunas cuestiones opinables, pero no en lo fundamental, en lo que está en la base, que es la doctrina de la Iglesia. "No se entendería, si no, que se hubiera aprobado un documento como el último, en que se habla del terrorismo, del nacionalismo y del laicismo, que son grandes temas de hoy. La diversidad entre los obispos españoles está en las cosas opinables, pero en lo fundamental estamos unidos y vamos a una".

En cuanto a los obispos catalanes, añadió el arzobispo de Tarragona y Primado: "nosotros tenemos nuestro propio "tarannà" (talante). Lo que queremos es lo mejor para nuestro pueblo, que es su evangelización, en la línea de lo que manifestó el Concilio Tarraconense. No haga tanto caso a los medios de comunicación, que a veces destacan más la anécdota que la sustancia de los hechos, o más lo negativo que lo positivo, o lo escandaloso o escabroso. Mire, en Tarragona tuvimos una Misa del Gallo en la Catedral repleta de gente, y nadie dio noticia de ello. Sin embargo, si hay unos cuantos 'okupas' que hacen algo, se les da una gran importancia en los medios de comunicación".

Tampoco los medios suelen destacar las múltiples cosas que hace la Iglesia en los distintos campos asistencial, cultural, educativo; que es mucho. "En el campo asistencial, he sido testigo de cómo hombres y mujeres de la Iglesia acogen y tratan a personas pobres, ancianas y solas, que nada tienen, y les dan el cariño de una familia. Y es que la vida normal no interesa a los medios, ni tan sólo lo heroico; pues, si el heroísmo es vivido día a día, parece que ha de ser natural: sólo interesa lo espectacular. Algo parecido podemos decir de los obispos catalanes. Nosotros, los obispos catalanes nos reunimos cuatro veces al año, nos conocemos muy bien, y realmente vamos a una en lo fundamental, en lo que se refiere al ámbito propio de los obispos. Y lo mismo los abades de Montserrat y Poblet. Nos preocupan y nos ocupan las cosas de nuestro pueblo, lógicamente de modo muy especial lo que hace referencia a sus aspectos religiosos, a la moral pública, a la formación religiosa de los jóvenes".

DOS PREOCUPACIONES DE ESTOS DIAS: EL TERRORISMO Y UNAS DECLARACIONES SOBRE LA EUTANASIA.-

El arzobispo de Tarragona afirmó que "una preocupación que compartimos estos días con todos los obispos españoles es el reciente atentado terrorista en Madrid. Ya se ve que habrá que rezar y trabajar mucho hasta que toda nuestra sociedad esté imbuida de sentido moral. Entre otras cosas, condenamos enérgicamente este atentado y reiteramos que el terrorismo es intrínsecamente perverso e incompatible con una visión de la vida justa y razonable".

Otra preocupación --añadiço el arzobispo Pujol-- es lo que "hemos leído estos días en los medios de comunicación de parte de personas que ocupan cargos relevantes en la administración pública: que habría que pensar en legalizar la eutanasia. Entre salvaguardar toda vida humana o todas menos alguna -como sugieren- hay una distancia infinita. El utilitarismo y el individualismo radical no ven valiosa la enfermedad ni el proceso de la muerte: no saben dónde están los verdaderos bienes del hombre. Este mismo utilitarismo acaba siempre discriminando, rechazando a los que sufren, a los ancianos, a los que no sirven. No se dan cuenta de que ellos son lo más valioso que tenemos. ¡Cuántas amenazas se abren en cuanto se cruza la puerta del "no matarás"! Para los cristianos se trata además de una gravísima ofensa a Dios. Hemos de rezar y trabajar para que esto no ocurra. Nos corresponde a todos hacerlo.