LLEIDA, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -
El pleno municipal del Ayuntamiento de Lleida debatió hoy el último plan de austeridad del alcalde, el socialista Àngel Ros, que, entre otras medidas, limita el uso del teléfono e impone un fuerte control de los gastos de luz, papel y coches.
Como si de una empresa privada se tratara, Ros aplicará una política de contención que obligará a los trabajadores municipales a no olvidarse de apagar la luz cuando acaben la jornada, a limitar las temperaturas a no menos de 26 grados en verano y no más de 21 en invierno, y a controlar el gasto del teléfono, con restricción de llamadas en función de las necesidades del servicio. El plan contempla la información sistemática a los usuarios sobre sus consumos de teléfono.
En el caso de las comunicaciones, el Ayuntamiento dará prioridad al correo electrónico, y, en el caso de los gastos de representación, el plan recomienda como proveedores al patronato de turismo municipal, a la Escuela de Hostelería o a colectivos con finalidad de formación ocupacional.
En gastos de personal, limita la cobertura de plazas vacantes a la autorización previa del alcalde, y la condiciona a recurrir a la bolsa pública de personal y limitar las horas extras.
El nuevo paquete de medidas de austeridad de Ros limita las publicaciones, sustituye suscripciones en papel por web y elimina la nómina en papel, salvo para las personas que ocupen trabajos sin medios telemáticos.
Respecto a los viajes y desplazamientos, el equipo de gobierno limita el uso del coche a lo imprescindible, y plantea usar servicios públicos.
El plan defiende la política de abandono de alquileres y reubicación de las dependencias en locales propios, y contempla más controles en la tramitación de expedientes de gasto.
