BARCELONA, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de CatalunyaCaixa Fernando Casado, que ocupó el cargo sólo unos tres meses, ha negado que abandonase la entidad por estar desconforme con la remuneración percibida, y ha asegurado que pese a no arrepentirse de ocupar la presidencia, sintió "frustración y decepción" por no haber conseguido implantar un nuevo modelo de gestión.
"Fueron tres meses muy malos, pero de toda experiencia trato de sacar lo más positivo. Me decepcionó el no encontrar una estructura que estuviera de acuerdo con gestionar la entidad como yo quería", ha explicado Casado este lunes en una comparecencia parlamentaria sobre las posibles responsabilidades derivadas de la actuación y gestión de las entidades financieras y la posible vulneración de los derechos de los consumidores.
Asimismo, ha mantenido que durante su trayectoria profesional la retribución "nunca ha sido una prioridad" a la hora de aceptar o rechazar ofertas laborales, y ha agregado que está de acuerdo con las remuneraciones que marca el mercado, si bien éstas deben ir ligadas a los resultados.
Casado renunció a la presidencia de CatalunyaCaixa en febrero de 2011, el mismo día en que el consejo de administración de la entidad aprobó la creación de un banco para transferirle su actividad financiera --CatalunyaBanc--: "Tomé mi decisión a finales de diciembre, y creí que era una oportunidad para dejar la entidad de la forma más discreta posible".
Casado ha apuntado que antes de dejar su cargo se lo comunicó al presidente de la Generalitat, Artur Mas, si bien ha indicado que no le dio la opción de intentar convencerle de dar marcha atrás, pues se trataba de una decisión "muy justificada y razonada".
"NO PUDE HACER MI PROYECTO Y ME FUI"
"No pude hacer mi proyecto y me fui", ha sostenido, y ha añadido que su objetivo era que los consejeros tuvieran conocimientos más profundos sobre la gestión y mantuvieran reuniones con el equipo ejecutivo, lo que, a su juicio, comportaba una cultura totalmente diferente a la que tenía la entidad.
"No era bueno para la entidad que el presidente dejara la caja después de tres meses, pero la decisión estaba muy tomada. Mi renuncia no agravó la situación", ha aseverado Casado.
Preguntado por el diputado de ICV-EUiA Joan Mena sobre si las causas de la situación actual de CatalunyaCaixa eran su cartera de activos inmobiliarios y su política de expansión, tal y como apuntaron representantes sindicales en otra comparecencia parlamentaria, ha indicado que los activos inmobiliarios suponían riesgos muy elevados, lo que ha condicionado todo el proceso.
Ha rechazado personalizar responsabilidades: "Todos los que han intervenido tienen algo de responsabilidad, pero no soy capaz de valorar. Me encontré con una situación conflictiva".
Ha admitido "disensión de criterios" con el también expresidente Adolf Todó, y ha sostenido que la viabilidad de la entidad pasa actualmente, según ha dicho, por venderla al mejor postor.
Sobre la venta de productos híbridos, participaciones preferentes y deuda subordinada, ha señalado que él no intervino, y ha considerado que hubiera sido necesario contar con un buen equipo de marketing, pues "ha sido una venta en la que se ha abusado de la confianza del cliente en muchos casos".