BARCELONA, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
El consejero delegado de Cementos Molins, Joan Molins, ha estimado este martes que la empresa habrá cerrado 2012 con una facturación de 918 millones de euros, un 10,4% más que el año anterior, gracias a la aportación de sus filiales internacionales y a pesar de la caída del mercado interior, que ha augurado que se agravará durante este 2013.
En declaraciones a los medios en Barcelona y a falta de los resultados de cierre de 2012, que deben comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ha estimado que las ventas internacionales alcanzaron los 734 millones de euros --eran 307 en 2007--, mientras que en España solo fueron de 184 millones, frente a los 509 al inicio de la crisis.
Según sus estimaciones, el resultado bruto de explotación (Ebidta) consolidado fue de 229 millones en el exterior y las sociedades nacionales tuvieron un Ebidta negativo de 17 millones de euros, frente a los 117 millones para las filiales internacionales y los 122 millones para España registrados en 2007.
REDUCCIÓN DE LA DEUDA
Asimismo, la deuda en el tercer trimestre de 2012 se situó en 348 millones de euros --era de 398 a cierre del año anterior--, y se prevé que se vea reducida en el cuarto trimestre gracias a la venta de un 10,61% de las acciones de la empresa argentina Cementos Avellaneda y de un 12,61% de la uruguaya Cementos Artigas al grupo brasileño Votorantim, lo que supone plusvalías de 50 millones de euros.
"No vemos perspectivas a corto plazo en España" y los problemas de financiación no resueltos hacen que el sector no pueda ser nada optimista, ha afirmado Molins durante su intervención este martes en Matins Esade, donde ha indicado que el consumo de cemento en el país se prevé que caiga este año un 20% hasta los diez millones de toneladas, frente a los más de 50 millones en 2007.
Por ello, ha augurado la desaparición de empresas del sector y un adelgazamiento de las plantillas "para adaptar las empresas a la realidad" de una caída del consumo de cemento en España a niveles de los años 60 --la cementera ya cerró un acuerdo en 2012 para despedir a 168 trabajadores de la sociedad nacional del grupo Precon, dedicada a la actividad de prefabricados--.
La compañía ha reducido en 800 sus empleados en España desde 2007, mientras que ha creado 700 puestos de trabajo en el exterior, por lo que ha expresado su deseo de seguir creciendo en otros mercados, como Uruguay, Bolivia, Bangladesh y México --Túnez, donde también está implantada, acusa ahora la inestabilidad política y social del norte de África--.
Molins también ha expresado su deseo de "tener más acciones en cotización", por lo que contempla la posibilidad de ampliar capital, más adelante, con algún proyecto que interese a esta empresa familiar catalana.
El consejero delegado de Cementos Molins ha destacado como claves de la empresa a lo largo de su historia una gestión próxima del negocio iniciado por su bisabuelo; la presencia de accionistas minoritarios desde su nacimiento, y la contención en sus peticiones de crédito.