Los conductores catalanes suspenden en conocimiento y práctica de primeros auxilios

BARCELONA, 19 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los conductores catalanes suspenden en conocimiento y práctica de los primeros auxilios en caso de accidente y solamente uno de cada tres afirman saber cómo ayudar correctamente, un 82% desconocen los pasos a seguir ante una emergencia y un 60% conoce los teléfonos de emergencias.

Según la encuesta europea Eurotest, realizada por 15 clubes de automóvil europeos --entre ellos el Racc-- con 3.000 encuestas, solamente el 40% de los conductores de Catalunya declaran haber recibido formación en primeros auxilios, cuando la media europea se sitúa en un 70%, y un 58% no se ve capaz o tendría dudas de cómo actuar en un accidente.

En rueda de prensa, el manager de proyectos del Racc, Xavier Ruestes, ha detallado los resultados de la encuesta, y ha destacado que "ninguna de las personas encuestadas en Catalunya supo comprobar el estado de la víctima correctamente" para determinar su nivel de conciencia, si respiraba correctamente y si tenía alguna hemorragia.

Mientras que en Europa el 30% de los conductores con formación en primeros auxilios sabe qué hacer ante una persona inconsciente, "en Catalunya prácticamente nadie tiene conocimientos", ha indicado Ruestes, y solo uno de cada cinco afirma que hay que hacer un masaje cardíaco, pero sin saber que antes hay que colocar correctamente a la víctima.

Respecto a la puesta en práctica de los conocimientos, los resultados tanto a nivel catalán como europeo empeoran, y por ejemplo solo el 36% de los catalanes sabe colocar correctamente a un herido en posición lateral de seguridad y solo el 11% que hay que mantener las vías respiratorias abiertas.

Los conductores que en teoría saben como hacer una maniobra de reanimación, en la práctica cometen errores por desconocimiento de cómo colocar las manos sobre el pecho, con qué frecuencia hay que hacer las compresiones y cuándo las insuflaciones.

Ante la falta de conocimiento en primeros auxilios, tanto el Racc como la Cruz Roja de Catalunya reclaman que la formación sea obligatoria en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o en ciclos formativos, antes de que los futuros conductores se examinen del carné de conducir.

Para el presidente de la Cruz Roja Catalunya, Josep Marquès, es básico que esta formación esté en ciclos formativos obligatorios porque así se asegura "una formación específica de toda la población, sin perjuicio de que cuando la persona obtiene el carné de conducir pueda ser homologable" y que puedan preverse formaciones de reciclaje más adelante.

Ruestes ha hecho hincapié en la importancia de esta formación y que sea de calidad para que perdure en el tiempo, sobre todo si se tiene en cuenta que el 75% de las muertes en accidente de tráfico se producen en la primera hora del siniestro, por lo que "una buena preparación en primeros auxilios reduciría el número de muertes".

El director de la Fundación Racc, Miquel Nadal, ha aseverado que estarán "contentos si el diagnóstico de esta encuesta sirve para alertar a las autoridades y para que a partir de aquí se busque una fórmula para corregir deficiencias", apostando por la formación obligatoria.

CÓMO ACTUAR

La directora del servicio médico del Racc, Yolanda Fernández, ha explicado que en caso de ser testigo de accidente lo primero que hay que hacer es "garantizar la seguridad propia y de la víctima", estacionando correctamente el vehículo y colocándose el chaleco reflectante.

A continuación hay que comprobar si la víctima está consciente sacudiéndole levemente la espalda y preguntándole si le escucha, seguidamente comprobar si respira, y llamar al teléfono de emergencias 112.

Si la víctima está consciente no hay que tocarla, ni quitarle el casco ni darle de beber o comer; si respira pero esta inconsciente, hay que colocarla en posición lateral de seguridad, y si está inconsciente y no respira, hay que practicar la maniobra de reanimación, que como norma básica debe aplicarse con compresiones torácicas presionando con la base de la mano en el centro del pecho, cien veces por minuto con una profundidad de cuatro o cinco centímetros.