BARCELONA, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
Dos guardias urbanos de Barcelona que aparecían en el documental 'Ciutat morta' como claves para condenar a Rodrigo Lanza por dejar tetrapléjico a otro agente en 2006 han considerado este lunes que el "montaje" de ese documental queda definitivamente desvirtuado tras el reciente homicidio de Víctor Laínez en Zaragoza del que Lanza es sospechoso.
Los dos agentes, que han comparecido este lunes en rueda de prensa, fueron condenados a dos años y tres meses de prisión y están inhabilitados por un caso distinto al de 'Ciutat morta': fue por torturas a un detenido también en 2006, pocos meses después de los hechos en la casa okupa que narraba el documental.
Víctor B.V. y Bakari S.D. acudieron el 4 de febrero de 2006 a la calle Sant Pere Més Baix por altercados en una fiesta ilegal en una casa okupa, como narra el documental, y fueron testigos del juicio en contra de Lanza.
Los hechos por los que condenaron en 2011 a estos dos urbanos se dieron el 7 de septiembre de 2006: fueron torturas a un joven de Trinidad y Tobago al que arrestaron por supuestamente traficar con drogas en una discoteca.
En un comunicado leído en la sede del sindicato SPC --del que son afiliados--, han asegurado que son inocentes de torturas y que ese caso también fue un montaje promovido por el entorno de Lanza: "Están denunciando un montaje, pero el montaje lo han hecho ellos", aseguran respecto al documental.
"Desgraciadamente ha tenido que morir una persona --en referencia a Laínez-- para que nosotros podamos tener voz, ya que ese documental de parte, que fue emitido en una televisión pública y premiado por nuestro ayuntamiento, ha quedado totalmente desvirtuado", han dicho.
"GRANDÍSIMO ACTOR"
Según los dos agentes, Lanza es "un grandísimo actor que fue capaz de engañar a políticos, periodistas y a gran parte de la sociedad" y aseguran que su entorno fue quien convenció al detenido en la discoteca de que les denunciara por torturas.
Han asegurado que algunos partidos, incluido el de la alcaldesa Ada Colau, usaron este documental para obtener réditos políticos: "Hemos visto cómo los políticos nos utilizaban para su partida de ajedrez".
Sobre su condena por torturas, han explicado: "A Rodrigo Lanza y a su entorno les llamó mucho la atención este caso por dos factores clave": los agentes también habían participado meses antes en las detenciones el 4 de febrero, y el detenido y torturado era hijo de diplomático.
Según estos agentes, desde el entorno de Lanza "se pusieron en contacto con él, ya que éste quedó en libertad provisional, y le convencieron para que denunciara por torturas a los agentes ofreciéndole incluso asistencia letrada".
Añaden que incluso uno de ellos manifestaron durante el juicio que la parte contraria "les había llamado para que cambiara su declaración, llegando a ofrecerle dinero y finalmente a amenazarlo".
Estos datos se incorporaron al recurso de casación ante el Tribunal Supremo pero fueron desestimados, y la condena a los urbanos es firme, por lo que ahora están pendientes de una petición de indulto desde hace tres años, y están inhabilitados hasta 2022.
El documental 'Ciutat morta' se emitió poco después de que ellos ingresaran en prisión --estuvieron un año privados de libertad--, en enero de 2015, por lo que no tuvieron "ninguna posibilidad" de defenderse de las insinuaciones contra ellos, además de que aseguran que en ningún momento se les contactó para que dieran su versión.
"REVUELO POLÍTICO Y SOCIAL"
Tras su difusión, se creó "un revuelo político y social que hizo que se alargara y complicara muchísimo" su estancia en prisión, y además aseguran que en ese tiempo sufrieron acoso y linchamiento mediático.
Bakari S.D. estaba el 4 de febrero de 2006 junto al agente que quedó tetrapléjico cuando resultó herido al acudir por altercados a una fiesta en una casa okupa de la calle Sant Pere Més Baix, y fue quien identificó a Lanza como autor de la pedrada que hirió a Salas.
Ambos policías descartan que la lesión pudiera venir de una maceta lanzada desde la casa, y sostienen que el documental lo atribuye a la maceta por unas declaraciones pocas horas después del entonces alcalde Joan Clos que, según ellos, fueron precipitadas y sin ninguna información concreta.
"Lo que ocurrió la noche del 4 de febrero de 2006 ya quedó claramente relatado en las diligencias policiales y en la sentencia", que no se parece ni por asomo a lo que relata dicho documental", lamentan.