BARCELONA 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, admitió hoy que la normalización social y política en el País Vasco no será efectiva y "no habrá paz" al margen del cese de la violencia de ETA si no existe un "reconocimiento social y abierto del sufrimiento padecido" por las víctimas del terrorismo. Para Imaz, en el proceso de paz debe haber una "atención especial a la reconciliación" y añadió que "no se puede construir sobre el olvido, sino sobre la memoria".
En una conferencia en los cursos de verano de la Universitat de Barcelona, Imaz desglosó los retos que debe afrontar el País Vasco a corto y medio plazo y que comienzan por alcanzar la paz. En este sentido, sostuvo que las expectativas de pacificación son posibles gracias a la "fortaleza ética" de la sociedad vasca y su madurez y sus instituciones frente a la violencia y señaló que este proceso evidencia el "profundo error político, de talle moral, la falta de efectividad, la torpeza política y absoluta inmoralidad" de ETA.
En este sentido, señaló que lo que exige el diálogo con la banda es además de la entrega de las armas es la "renuncia método imposición totalitaria para alcanzar cualquier objetivo político, sea el que sea". Así, añadió que el diálogo es "indispensable para la paz" pero no debe incluir el futuro político de la sociedad vasca ya que sería "tanto como reconocer la validez de la violencia en la defensa de unos objetivos políticos". "Sería una aberración", añadió.
Junto a la consecución de la paz, Imaz situó como segundo reto del País Vasco la resolución del llamado "contencioso vasco" de autogobierno. Imaz aseguró que Euskadi es hoy "más nación que nunca" por la apuesta de autogobierno asumida en 1979 y señaló que "ahora corresponde a la siguiente generación" volver a "acertar". En esta línea, consideró que "30 años después, los que pusieron las armas sobre la mesa" para intentar evitar que el nacionalismo vasco concurriera en las primeras elecciones tras el franquismo "intentan corregir" su error.
Imaz apostó por abandonar el concepto tradicional de Estado y optar por unas relaciones "alternativas" entre Estado y naciones que pase por el respeto a la "capacidad democrática" de los ciudadanos a "decidir su futuro" en un contexto de "lealtad" y de "respeto a los marcos institucionales".
Se trata, dijo de alcanzar un acuerdo de "normalización política" que defina un modelo de convivencia y un marco bilateral de relación con el Estado que incluya condiciones efectivas de lealtad y que eviten el incumplimiento al que ha sido sometido el actual marco estatutario, cuyo acierto, pese a todo, "no se cuestiona". Finalmente, citó la necesaria transformación de la "sociedad post-ETA" después de años en los que ETA ha sido el "monotema".
Imaz también se refirió al proceso estatutario en Catalunya y aseguró sentir el "resquemor de que una sociedad con compromiso solidario sin parangón como es la catalana haya sido vista de forma sangrante e injusta ligada a la insolidaridad y el egoísmo en materia financiera".