BARCELONA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
El expresidente de Caixa Manlleu Joan Contijoch ha cargado este martes contra el Banco de España como máximo responsable del fin de las cajas de ahorros, aunque ha reconocido que las culpas están repartidas.
En la comisión de investigación del Parlament sobre las posibles responsabilidades derivadas de la actuación de las entidades financieras y la posible vulneración de los derechos de los consumidores, ha expuesto: "El que nos tenía que avisar, sobre todo a las entidades pequeñas, no solo no lo hizo sino que nos animaba a hacer lo contrario" instando a aumentar las operaciones con promotores todavía en 2006.
Ha repasado que el único organismo que tenía los datos de todas las hipotecas del país era el Banco de España, y era el que debía avisar, aunque en el aspecto de la normativa ha descartado que el ente regulador la cambiase repetidamente a propósito, sino que recibía los dictados de la UE, "las interferencias de quien dejaba el dinero".
Por lo que respecta al sector financiero, ha reconocido que se apuntó a "la avaricia de ganar cada vez más", y también había una gran demanda social de dinero por parte de los ciudadanos de todos los niveles de renta.
"Nos equivocamos todos, en una histeria consumista no solo inmobiliaria, sino de pagar las vacaciones a 12 meses y cambiar de coche cada tres años", e incluso las aves migratorias dejaron de anidar en Manlleu porque se asustaban de la cantidad de grúas de construcción que había, ha ejemplificado.
"Perdimos el juicio, vivíamos en un mundo feliz en el que todos éramos ricos y nadie tuvo valor de parar la máquina", con las consecuencias que se han visto posteriormente, ha resumido.
POCO PODER DE LA GENERALITAT
Contijoch ha señalado el poco poder de la Generalitat en la reestructuración financiera, y ha opinado: "Si hubiese dependido de la Generalitat, seguramente las cosas hubiesen sido diferentes, o es que son las ganas".
"No puedo hablar mal de la Conselleria de Economía", ha añadido, y ha considerado que tuvo voluntad de dar continuidad al modelo de cajas pero no la influencia suficiente.
Ha deplorado que Caixa Manlleu no tuvo "la clarividencia" de ver venir el fin de la burbuja inmobiliaria y reducir su dependencia: "Hubiésemos reducido mucho el negocio, pero habríamos podido vender activos rápido y tener mucha liquidez".
Así hubiese podido seguir en solitario, con un tamaño como el de las pequeñas cajas que han sobrevivido --Caixa Pollença y Ontinyent--, pero ha apuntado que esto es hacer ahora "ciencia ficción".
Vistos los acontecimientos, ha entonado el 'mea culpa' respecto al fracaso de la fusión con Caixa Sabadell y Terrassa: "Convencí a los directivos y al consejo de administración de que la fusión era una buena opción y no lo fue", pese a las horas de trabajo que se invirtieron.
