Fiscalía pide 24 y 25 años de prisión para los sospechosos del crimen de la Guardia Urbana

Actualizado: martes, 23 abril 2019 18:47

Albert L. y Rosa P. presuntamente cometieron el asesinato "conjuntamente o uno de ellos con la anuencia del otro"

BARCELONA, 23 (EUROPA PRESS)

La Fiscalía pide 24 y 25 años de prisión, respectivamente, para los guardias urbanos Albert L. y Rosa P. por presuntamente asesinar a otro agente de la Guardia Urbana de Barcelona y pareja de ella en mayo de 2017.

En un escrito presentado este martes al juez instructor y recogido por Europa Press, el ministerio público les acusa de ser coautores de un presunto delito de asesinato por alevosía --con agravante de parentesco para ella-- y también pide para ambos 10 años de libertad vigilada tras cumplir la pena de cárcel.

El fiscal solicita además prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros a los familiares de la víctima por tiempo superior en 10 años a la pena que se imponga.

Y pide 785.000 euros en indemnizaciones: 450.000 euros para el hijo --que se entregarán a su madre como representante legal del menor--; 225.000 para el padre; 100.000 para los hermanos, y 10.000 para su antigua compañera sentimental y madre del menor.

Los dos sospechosos del caso --conocido como el crimen de la Guardia Urbana-- están en prisión provisional desde mayo de 2017 y la semana pasada el Juzgado de Instrucción 8 de Vilanova i la Geltrú (Barcelona) acordó prorrogar su encarcelamiento por presuntamente matar a Pedro R.

PANTANO DE FOIX

La Fiscalía indica que, la madrugada del 2 de mayo de 2017, Rosa P. y Albert L. realizaron el crimen "de común acuerdo en cuanto al plan a ejecutar y actuando por ello con el común ánimo de acabar con la vida" de Pedro R., al que supuestamente calcinaron la madrugada siguiente en el maletero de un coche en el área del pantano de Foix (Barcelona).

El ministerio fiscal señala que "conjuntamente o uno de ellos con la anuencia del otro" presuntamente cometieron el asesinato en el domicilio que la sospechosa compartía en Vilanova con Pedro R.

Se aprovecharon de que su víctima estaba en su casa "enteramente despreocupada de sufrir algún ataque que pudiera tener origen en acciones de la acusada en base a la relación sentimental y de confianza que le ligaba a ésta".

Además, los acusados presuntamente eligieron tanto el momento como el medio más idóneos para acabar con la vida de Pedro R. sin que éste pudiera defenderse, según el fiscal, que resalta la "gran corpulencia y forma física" de la víctima.

Después de acabar con la vida de Pedro R., se valieron de sus conocimientos como agentes y "ejecutaron la siguiente fase de su plan criminal con la finalidad de fingir una motivación distinta en los hechos que habían tenido lugar y de esta forma dificultar que les pudieran relacionar de cualquier modo con los mismos".

La noche del mismo día del crimen supuestamente usaron el móvil de la víctima en la urbanización de La Bisbal del Penedès (Tarragona) "sabedores de que en las inmediaciones vivía el exmarido" de Rosa P., con el que ella mantenía una relación conflictiva y al que pretendieron involucrar, según el fiscal.

MÓVIL SENTIMENTAL

La Fiscalía considera que Rosa P. y Albert L. presuntamente mataron a Pedro R. porque llegaron a la conclusión de que "por diversas razones obstaculizaba su relación y situación" sentimental.

Recuerda que los dos sospechosos se conocieron "patrullando juntos en numerosas ocasiones" y que en 2012 iniciaron una relación sin convivencia al tiempo que ella vivía con su marido y sus dos hijas menores en Vilanova.

En verano de 2016, Rosa P. inició otro romance con Pedro R., relación que "simultaneó con su matrimonio y con la relación sentimental con el otro acusado" hasta que se separó de su marido en diciembre del mismo año.

A partir de este momento, la relación de Rosa P. con la víctima se intensificó "exteriorizando ambos sólidos lazos de compromiso": Pedro R. se fue a vivir con ella en Vilanova y ambos compartieron en su círculo íntimo el deseo de casarse y tener un hijo.

Albert L. descubrió esta relación en enero de 2017, lo que le distanció y enfrentó con Rosa P., y él explicó a Pedro R. que ella había tenido una "aventura sentimental con los dos hombres al mismo tiempo".

Según el fiscal, el acusado desarrolló "un sentimiento de hostilidad profunda" y deseo de revancha hacia la víctima, contexto en el que retomó su relación con Rosa P. entre marzo y abril de 2017, poco antes del crimen.

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