L'HOSPITALET DE LLOBREGAT (BARCELONA), 21 (EUROPA PRESS)
Los siete jugadores del club de fútbol de tercera regional Bada Bing, acusados de cometer una agresión racista contra varios jugadores sudamericanos del Rosario Central en enero, negaron hoy haber iniciado la pelea y que tuviera tintes racistas, y solo dos de ellos admitieron haber golpeado a alguien para defenderse o defender a algún compañero.
Dos de las víctimas, no obstante, aseguraron haber recibido amenazas e insultos racistas durante el partido, así como agresiones, y una de éstas dijo haber sido golpeada en varias ocasiones por algunas personas cuando estaba en el suelo una vez fue sustituido y se encontró con un jugador del otro equipo expulsado, que, según su testimonio, le agarró del cuello y le golpeó.
La Fiscalía solicita penas de entre dos y seis años de prisión para los siete futbolistas del Bada Bing que presuntamente agredieron a los jugadores del Rosario Central de Catalunya durante un partido disputado el 9 de enero en un campo municipal del distrito de Sant Martí de Barcelona.
La pelea empezó cuando el jugador del Bada Bing Israel M.G. fue expulsado por una entrada y se encontró en el pasillo hacia los vestuarios con Camilo y Emiliano S., del Rosario Central, que habían pedido ser substituidos ante las amenazas e insultos que habían recibido.
En el juicio, todos los acusados --la mayoría con antecedentes por agresiones-- negaron que fueran al partido con intención de agredir a los adversarios, y que sean racistas o formen parte de la sección Casuals de los Boixos Nois. Según ellos, la violencia en los partidos de tercera regional es frecuente, ya que "hay palos siempre".
Mientras duraron los interrogatorios, los acusados que estaban en el banquillo hicieron comentarios y bromas entre sí, y mostraron un aspecto distendido, si bien dos de ellos --Israel M.G. y Valentín M.G.--, que llevan en prisión desde que ocurrieron los hechos, tuvieron que declarar esposados.
Israel M.G., que fue quien supuestamente protagonizó la pelea con una de las víctimas, no jugaba normalmente en el Bada Bing, y fue al partido porque su hermano se lo pidió, por lo que falseó la ficha --algo que ocurre normalmente en esta liga, según los acusados--, aunque negó que fuera porque quisieran pelearse con el otro equipo.
En su declaración, dijo que durante el partido recibió numerosos insultos y cuando abandonó el campo, los dos jugadores del Rosario le siguieron, discutieron, y uno le dio "un puñetazo de espaldas". Cayó al suelo, y cuando se intentó levantar le dieron "un porrazo", aunque logró huir.
Su hermano, Valentín M.G., dijo que siguió jugando cuando expulsaron a Israel M. y que cuando el árbitro suspendió el partido, se dirigió al vestuario y, a pesar de ver el tumulto y como se estaba produciendo la pelea, prefirió no meterse porque estaba cumpliendo un tercer grado.
Valentín M.G. fue condenado en 2002 a ocho años de internamiento en un centro juvenil y a cinco años de libertad vigilada por matar a otro joven al salir de una discoteca, suceso conocido como 'crimen de la Vila Olímpica'.
Los acusados José Luis E.S. y David L.R. negaron haber proferido insultos y haber participado en la pelea. Según este último, fue un partido "normal y corriente". Otro de los acusados, Carlos R.G., sí protagonizó una agresión, según él cuando vio que pegaban a otro compañero del club.
Jonatan P.F., por su parte, admitió haber golpeado a un jugador para defenderse, ya que cuando intervino en la pelea para separar a dos jugadores, fue golpeado en la espalda. "Fui a separar y cuando fui agredido, me defendí", explicó.
No acudió al médico para que le hicieran un parte, como sí hicieron los jugadores del Rosario Central, porque, según él, hay algunos que son hombres "y otros que son nenazas". En su testimonio aseveró que hubo agresiones de uno y otro lado, pero que si los jugadores del Bada Bing no sufrieron lesiones graves es porque "en las peleas hay gente que gana y otra que pierde".