John Banville se adentra bajo el seudónimo de Benjamin Black en el Dublín de los años 50 con 'El secreto de Christine'

Actualizado: viernes, 13 julio 2007 17:31

BARCELONA, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -

El escritor John Banville presentó hoy bajo el seudónimo de Benjamin Black su nuevo libro 'El secreto de Christine' (Alfaguara/Bromera en catalán), una novela negra con el Dublín de los años 50 de fondo y que supone la incursión por primera vez del ganador del premio Booker en 2005 en este género.

John Banville (Irlanda, 1945) se convirtió en Benjamin Black por "un sentido lúdico", aunque finalmente esta invención resultó ser "más importante, seria y profunda" de que el propio autor había imaginado, ya que se desmarcó de la línea de libros que había escrito en la década de los 80. Sin embargo, ambos comparten "una obsesión con la frase".

En este sentido, el autor bromeó que tal giro también fue debido a que cuando terminó de escribir 'El Mar' le pareció una obra "mala" --a pesar de que ganó el Premio Booker-- por lo que pensó en dar otra dirección a su carrera literaria.

En 'El secreto de Christine' el patólogo Garret Quirke comenzará a investigar por su cuenta la misteriosa muerte de una joven vinculada a su familia, Christine Falls. Sus investigaciones le llevarán a descubrir la vinculación que hay detrás de la desaparición de otras jóvenes embarazadas y los orfanatos que las acogen.

La Iglesia Católica se convierte en una de las protagonistas involuntarias de la narración, ya que las monjas que acogen a las jóvenes perdidas tendrán mucho que ver en su futuro. "Los personajes están adaptados en el tiempo sin saber que ha pasado después de los años 50" --época en que el catolicismo tenía "mucho poder" en la sociedad irlandesa--.

La influencia de la Iglesia en Irlanda despareció en 1992 cuando "salió a la luz que un obispo reconocido tenía un amante norteamericana y un hijo reconocido de 17 años". A raíz de este "choque" la sociedad irlandesa "dejó de rezar y empezó a hacer mucho dinero".

Sin embargo, Banville destacó "el aspecto positivo" de la Iglesia. "La mayor parte de la gente es honesta y proporcionaron educación gratuita a la población de un país pobre. Cuando era joven me dieron el sentido de la culpa profunda que es un material valioso para la inspiración", señaló.

SU CONTACTO CON LA NOVELA NEGRA.

El escritor, habitual colaborador del 'The New York Review of Book', se empapó desde niño de la novela negra con la lectura de Aghata Christie, aunque aseguró que en su obra le ha influido George Simenon. "Las historias de Christie me parecen entretenidas pero son irreales. La vida no es tan pulida y perfecta como presenta".

"La mejor novela negra es la más realista, más que la de John Banville que coloca una capita de barniz, los autores buenos presentan la realidad con toda su crudeza", añadió.

El autor explicó que ha terminado de escribir su segunda novela negra hace dos o tres meses y sintió "el deseo" de volver a convertirse en Banville. Sin embargo, la revista del 'New York Times' le propuso escribir una novela con 15 entregas y no se pudo resistir ya que "es la forma en que escribían los grandes autores del siglo XIX".

Asimismo, dijo que le gustaría relatar una nueva novela, tarea que le requiere entre 3 y 4 años, por lo que le apetecerá en algún momento del largo proceso "ponerse una gabardina" y escribir una novela negra, algo que hubiera hecho "a los 20 años".