Laura Fernández aborda maternidad y creación en su nuevo libro: "Ahora hay más hibridación de géneros"

   BARCELONA, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

   La escritora y periodista barcelonesa Laura Fernández aborda aspectos como la maternidad, la creación, la identidad y el arte como refugio en su novela 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus' (Literatura Random House), en la que combina todo tipo de géneros: "Ahora hay más hibridación de géneros" literarios en la narrativa, ha asegurado.

   En una entrevista con Europa Press, ha asegurado que en su novela "no hay un género, hay muchos géneros, infinitos, todos", con continuas referencias a la cultura popular, y ha aplaudido una mayor tendencia actual en la narrativa de las nuevas generaciones de autores de perder el miedo para mezclar y tocar todos.

   Fernández (Terrassa, 1981) ha achacado esa tendencia en el recambio generacional y no tener miedo a decir qué gusta: "Eres un montón de cosas. Se está empezando a entender que no eres solo la literatura de Jane Austen", sino que también se puede hablar de la televisión, ha subrayado, y ha dicho que es algo que autores norteamericanos de la literatura posmoderna llevan haciendo desde hace décadas.

   La escritora ha asegurado que "por fin se está entendiendo" la literatura posmoderna, que es mezclar muchos géneros desde el terror a la novela negra pasando por la novela infantil y juvenil, y ha subrayado que la literatura de cada uno trata de todo lo que a cada cual le hace escritor y lo que amplía su identidad, sin prejuicios.

   Esa voluntad de acaparar todos los géneros posibles en una novela lleva en 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus' --un Potter que surge de una canción de Counting Crows--- a situar la acción en un bizarro pueblo nevado llamado Kimberly Clark Weymouth, famoso por ser lugar de inspiración del libro infantil de una enigmática escritora y al que acuden en masa sus fans, y del que Fernández ha dicho que es una localidad que tiene "mucho de la serie 'Fargo" y de Stephen King.

   En ese pueblo existe una tienda de souvenirs dedicada a la novela, cuyo propietario, Billy Peltzer --un guiño a los 'Gremlins'--, quiere cerrar las puertas y huir sin que nadie descubra sus intenciones, lo que se convierte en el desencadenante de la aparición de una sucesión de extravagantes personajes y situaciones.

   Ha explicado que la novela es "como aquellas películas de los 80 y los 90, con ciudades de cartón piedra, personajes inocentes, donde todos querían ser felices y los problemas eran pequeños pero enormes", y con la que ha querido recuperar ese espíritu al estilo de lo que hace Tim Burton en sus filmes.

   Fernández ha señalado que ha querido jugar con la vida y personajes en ese pueblo haciendo una exageración del mundo real: "Escribir es algo lúdico", ha subrayado, señalando que todo en el libro está barnizado por la imaginación.

   Sin embargo, en ese aparente mundo lúdico, la escritora aborda temas como la maternidad como "acto de creación incontrolable, ser padre o madres es perder el control por completo", la creación artística como refugio pese a que signifique una ausencia para los más próximos, la búsqueda de la identidad renunciando al pasado y la lucha contra el pensamiento único, entre otros.

   En referencia al pensamiento único ha añadido: "No somos una sola cosa, ni el pueblo ni los personajes es lo que los demás piensan. Creo que eso permea, aunque no lo parezca, en todo lo que hago".

"MUNDO INTERIOR MUY GRANDE"

   Los personajes de 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus' son en su mayoría "solitarios, con un mundo interior muy grande", desde el propietario de la tienda, el agente inmobiliario Stumpy MacPhail y su ciudad sumergida, el matrimonio de escritores de novelas de terror y la joven que recopila la vida de los habitantes del pueblo en cuadernos para huir de la suya propia.

   El proceso de escritura de la novela comenzó en 2016 y ha explicado que por primera vez de cara a un libro elaboró un diario, que le fue útil y que le ayudó a que hubiera un sentido conjunto, aunque ha explicado que el libro "iba apareciendo" y creciendo solo.

   Tras su reciente participación el el Festival de géneros fantásticos 42 de Barcelona, la autora de 'Wendolin Kramer' y 'Connerland' ha aplaudido su celebración y el compañerismo que ha conseguido en su primera edición, y ha considerado que antes el lector de esta literatura era muy nicho pero ahora "está mucho más abierto".