BARCELONA 5 Abr. (EUROPA PRESS) -
El escritor zaragozano Ignacio Martínez de Pisón retrata en su nueva novela, 'El día de mañana' (Seix Barral), la represión franquista a través de la clase media de los años 60 en Barcelona, que durante el último coletazo del régimen esperaban impacientes la muerte del dictador.
Tras tres años escribiendo el libro, el autor ofrece la historia de Justo Gil, un emigrante recién llegado a Barcelona que acaba convirtiéndose en confidente de la Brigada Social, la policía política del régimen.
"Justo Gil se acaba convirtiendo en alguien repugnante", ha explicado en rueda de prensa Martínez de Pisón, que ha añadido que termina comerciando con personas que han depositado la confianza en él.
Es un personaje incapaz de escapar de su pasado, se convierte en chivato porque todo se lo debe al régimen y hace de hilo conductor de la historia uniendo la vida de todos los personajes.
Aunque hasta 1982 el autor no vivió en Barcelona, ha recreado la ciudad de esa época con ayuda de lecturas y de encuentros con algunos periodistas y ex policías.
La comisaría de Via Laietana es uno de los lugares más recordados por los represaliados antifranquistas que recibían torturas entre esas paredes, pero el autor no ha querido quedarse en "lo fácil", sino que ha querido explicar la historia de los confidentes, más verosímil en una gran ciudad.
"Desde la muerte de Franco y hasta la llegada de Felipe González al poder hubo más de 600 muertos por razones políticas", ha destacado el autor, añadiendo que en la actualidad la gente es incapaz de soportar estas dosis de violencia.
El autor se ha referido además al título explicando que durante esa época --finales de los 60-- "la historia está pendiente de lo que va a ocurrir", de manera que se trata de un presente aplazado.
El final del régimen es uno de los escenarios más escogidos por el zaragozano, que, tras 'Dientes de leche' y 'El tiempo de las mujeres', ha vuelto a recrear esta época en la que "uno se sentía muy involucrado en la historia porque en muchos años pasaban muchas cosas".
"Escribir sobre Barcelona es peligroso ya que se ha convertido en un género", ha concluido el autor.