El director del certamen dimite tras siete años al frente
GIRONA, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
Más de 21.000 personas asistieron a la VII edición del Festival de Músicas Religiosas del Mundo de Girona, que cerró sus puertas el pasado domingo con una ocupación media del 68,5%.
Tras hacer un balance muy positivo de esta edición, el director del festival, Josep Lloret, anunció su dimisión tras siete años al frente del certamen "por motivos de organización y de dedicación a otros proyectos", entre ellos el Festival de Torroella de Montgrí.
Lloret calificó de "muy destacable" la cifra de asistentes, teniendo en cuenta que no se trata de un festival "generalista sino especializado" que "huye de las grandes estrellas mediáticas y apuesta por una altísima calidad".
Una vez hecha pública la dimisión, la alcaldesa de Girona, Anna Pagans, destacó que Lloret "deja el listón muy alto" y aseguró que el festival, que tiene un impacto económico en Girona de 550.000 euros, "ha llegado hasta donde está ahora gracias a su buena gestión".
Pagans resaltó el "éxito" de la convocatoria y aseguró que el festival "cuenta con un gran prestigio" dentro de las numerosas propuestas que ofrece la provincia de Girona durante los meses de verano.
A partir de la próxima edición, la organización la asumirá el nuevo Auditori-Palau de Congressos, centro neurálgico de la música en Girona y desde donde se dirige la programación estable de la ciudad.
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