El nuevo director de L'Auditori lamenta que su antecesor no dejó "ninguna herencia artística"

El Director De L'auditori, Oriol Pérez Treviño
Foto: EUROPA PRESS
Actualizado: domingo, 15 enero 2012 12:42

Las músicas que acompañaron a Juana de Arco y la Guerra de Sucesión, en próximas temporadas

BARCELONA, 15 (EUROPA PRESS)

Oriol Pérez Treviño (Manresa, 1972) asumió el pasado verano la dirección de L'Auditori de Barcelona, y desde entonces ha tenido la oportunidad de constatar que tiene un trabajo apasionante.

   También de hacer algunas apreciaciones sobre el trabajo de su antecesor durante diez años: "Oller no dejó ninguna herencia artística en L'Auditori".

   En una entrevista con Europa Press, ha criticado que Joan Oller entendió el centro como un contenedor cultural donde había varias programaciones carentes de cohesión y donde, sobre todo, se dejó de lado a la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), "diluida como un satélite".

   "Esto era una casa de pequeños jardincitos, incluso en la manera de trabajar de los diferentes departamentos todo el mundo iba a la suya. Faltaba una visión más global, más holística, de que todo es L'Auditori", ha dicho.

   "Yo trabajé muy bien con Joan Oller, me siento partícipe del modelo que él impulsó [Pérez Treviño coordinaba el Centre Robert Gerhard de L'Auditori], pero eso no implica que en el momento en que llegó a la dirección tenga una visión diferente a la que él tenía", ha querido puntualizar.

   Al margen de las cuestiones artísticas, para él L'Auditori tiene un "problema estructural", porque entre 2010 y 2011 el equipamiento tuvo unas pérdidas de 2.750.000 euros, de los cuales 511.000 ya van imputados en los siguientes ejercicios.

   L'Auditori maneja un presupuesto aproximado de 16 millones de euros, de los cuales 10 los aporta la Generalitat y entre 1,5 y 3 van a cargo del Ayuntamiento, pero la situación es "delicada" por los recortes de las administraciones y por la caída de ventas de entradas.

   Por eso, para Pérez Treviño ha llegado el momento de la "refundación", y esa tarea la asumirá básicamente la OBC, que dirige Pablo González y que se convertirá en el centro de la temporada: deberá programar más música catalana y ser capaz de construir un relato y conexiones con otras disciplinas artísticas.

MÚSICA E HISTORIA, DE LA MANO

   Así será, por ejemplo, con el teatro: aprovechando que el vecino Teatre Nacional de Catalunya (TNC) programará en la próxima temporada 'Le Cid' --la tragicomedia de Pierre Corneille-- L'Auditori le dedicará un ciclo, igual que hará con otro personaje histórico, Juana de Arco, pues en 2012 se cumplen 600 años de su nacimiento.

   La OBC hará la obertura 'Giovana d'Arco' de Verdi, la cantata de Rossini instrumentada por Sciarrino, el oratorio de Arthur Honegger, Jordi Savall estrenará el montaje sobre la heroína francesa que ya se ha visto en París, se proyectará el filme 'La pasión de Juana de Arco' de Carl Theodor Dreye con música en directo, y también actuará la agrupación de música antigua Tasto Solo.

   Ligar la música con otros campos es una de las obsesiones de Treviño, aunque ha avanzado que esto se percibirá mejor en la temporada 2013-2014, en la que, por ejemplo, se conmemorará el tercer centenario de la Guerra de Sucesión.

   "Con la guerra llegó el archiduque Carlos de Austria y con él vinieron toda una serie de músicos destacados, como Antonio Caldara, que estrenó en Barcelona la primera ópera de España", ha recordado.

   Pero la música tocará todos los temas: para hablar de la revolución se recurrirá a Stravinsky y su 'Consagración de la primavera' --su estreno en 1913 causó un revuelo considerable--, y la violencia doméstica estará presente con Carlo Gesualdo, príncipe de Avenosa, compositor de finales del manierismo que hizo música de madrigales "maravillosa" pero que mató a su mujer y a su amante.

   Treviño también pretende reforzar la colaboración con el Palau de la Música y el Gran Teatre del Liceu y conectar el equipamiento con el barrio, por lo que no descarta conciertos en la calle o incluso en la playa, y atraer la iniciativa privada, a la que quiere ofrecer la posibilidad de hacer "negocio".

   Una idea sería aprovechar los grandes espacios abiertos que tiene L'Auditori para hacer maridajes entre música y gastronomía: "En los momentos de crisis, imaginación", ha zanjado optimista.