BARCELONA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La reforma de la avenida Diagonal de Barcelona puede acarrear entre tres y seis años de obras en función de la puesta en marcha de toda la Línea 9 prevista para 2014, explicó hoy el coordinador de la Oficina Técnica, Jordi Castelló, encargado con su equipo de elaborar las propuestas A y B que se someterán a consulta ciudadana entre el 10 y el 16 mayo.
En declaraciones a Europa Press tras una sesión técnica con periodistas sobre el futuro de la Diagonal, Castelló explicó que prevén 38 meses de obras entre la plaza de Francesc Macià y Pau Claris; 36 entre Pau Claris y Sardenya, y 15 entre Sardenya y Cartagena, al lado de Glòries, por donde quieren empezar los trabajos.
El tramo de 15 meses se podrá ejecutar al mismo tiempo que los otros dos, que sólo se podrán simultanear una vez se inaugure la L9, ya que permitirá acabar con 19.000 vehículos diarios de los 51.308 actuales a reconducir para reducir drásticamente el tráfico rodado. Sin embargo, las fases de ejecución se concretarán en el proyecto ejecutivo.
Por la Diagonal reformada podrán circular 33.042 vehículos, según los cálculos del Consistorio, que contabiliza que un vehículo equivale a cuatro motos o 1,5 furgonetas. Los coches sufrirán un golpe drástico y se reducirán al 15% de los 46.400 actuales. Las furgonetas caerán a la mitad, mientras que circularán el 70% de motos y el 80% de taxis.
El Ayuntamiento confía en que entre el tranvía --elemento central de la reforma-- y la trama del Eixample podrán absorber los 31.000 que no reconducirá la L9. Prevé que el tranvía se quede con 9.571 y el Eixample los 23.000 restantes, de forma que el transporte público conseguirá eliminar el tráfico que ahora pasa por un carril de circulación, y las calles del resto de la ciudad, otro.
ABRIR LA CALLE CÒRSEGA
Para hacer viable que el Eixample absorba los vehículos, el Consistorio prevé abrir a la circulación el tramo de la calle Còrsega entre Rambla Catalunya y paseo de Gràcia, y hacer que la avenida de Sarrià se convierta en una calle de bajada y de subida el tramo de la calle Comte d'Urgell más cercana a Macià.
A la práctica, estos cambios servirán para desviar la circulación de entrada a Barcelona por la avenida Sarrià, y hacer que de los coches procedentes de Maria Cristina y Zona Universitària sólo entren a Francesc Macià aquellos que quieran girar a Turó Park, explicó en la sesión técnica el director municipal de Movilidad, Àngel López.
El Consistorio ya ha empezado a mejorar la circulación en otros puntos, como la intersección de la avenida Roma con València, abrir en un futuro la calle Diputació hasta Creu Coberta y cambios en el 22@, La Sagrera y el Besòs. Sólo con ellos y sin reforma de la Diagonal, el Ayuntamiento prevé un escenario de muchas calles del Eixample saturadas por encima del 100% en 2018, año en que confluyen los objetivos del Plan de Movilidad Urbana.
López destacó que la Diagonal ha dejado de cumplir su función de acceso a Barcelona para ser una calle más del Eixample. Ante los escépticos sobre la reforma, entre ellos el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) --que teme por cómo distribuir el coche que dejará de pasar por la Diagonal--, dijo no tener "ninguna duda" de que la trama lo podrá absorber.
Ante la pregunta de por qué reformar la Diagonal y no otra calle del Eixample, defendió que es el único eje que asegura el transporte público para Gràcia y Sant Gervasi, mientras que es independiente por donde vayan los coches si acortan tiempo. Con la transformación, la velocidad media en el Eixample pasaría de los 19,61 km/h actuales a 20,20.
En suma, el Ayuntamiento prevé pasar de los 400.000 viajes al día actuales en la Diagonal a los 470.000, invirtiendo el peso del coche, que pasaría del 34% actual al 7%. El autobús se reduciría tres puntos, hasta el 19%, para dar paso al tranvía, que coparía el 24%. La bicicleta y los trayectos a pie aumentarían tres puntos cada uno, hasta el 14% y el 36%, respectivamente.