Ruth Wilson Gilmore sostiene que el abolicionismo de las prisiones es "un ensayo de la emancipación"

BARCELONA, 26 May. (EUROPA PRESS) -

La investigadora y abolicionista de las prisiones Ruth Wilson Gilmore ha defendido este lunes en Barcelona que "el abolicionismo es un ensayo de la emancipación" y que tiene que ver con la presencia y no con la ausencia.

Así se ha pronunciado en el coloquio 'Seguridad y justicia: modelos alternativos al punitivismo' organizado por el Institut Català Internacional per la Pau (ICIP) en La Model.

La Síndica de Greuges, Esther Giménez-Salinas, ha sido la encargada de dar la bienvenida institucional a los participantes del coloquio, en el que además de Wilson han participado la representante de Tanquem els CIE, Aúrea Martín; el académico y director del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, Iñaki Rivera; la activista, Basha Changue, y la abogada penalista, Laia Serra.

Wilson ha manifestado que las cárceles actuales son "extractivas" y que a los internos les está siendo robada la vida, así como su tiempo, un recurso no renovable que se evapora, en sus palabras textuales, y que se convierte en el dinero de otros.

Changue ha dicho que las prisiones son extractivas pero no sólo porque los internos sean usados como mano de obra barata, sino porque existe una corriente de humanitarismo carcelario que vela por mejorar las condiciones de los reos, pero no como un "mientras tanto", sino como objetivo último sin cuestionar los motivos por los cuáles esas personas han sido encarceladas.

Para Changue, hablar de abolicionismo supone acabar con la jerarquía de explotación, y ha subrayado que, en Catalunya, el 50,3% de los internos tienen NIE --a lo que hay que sumar personas no blancas con DNI--, y que, de estos, el 26% están condenados por delitos contra la salud pública y el 50% por delitos contra la propiedad privada.

En palabras de la activista, esto supone que el 70% de internos no blancos o extranjeros cumplen condena por "delitos relacionados con la pobreza", a lo que Wilson ha añadido que su estancia en prisión posibilita la circulación de recursos y el enriquecimiento de terceros.

"VOCES PROPIAS"

En la misma línea, Martín ha criticado que en los últimos años desde ciertos sectores políticos y sociales se vuelva a incidir "en la relación entre migrantes y peligrosidad social y delincuencia" y ha afirmado que la policía colabora con esta visión de que las personas migrantes procedentes de ciertos países o con ciertos aspectos son sospechosas de delincuencia.

Sin embargo, ha destacado que en los últimos años también han surgido "voces propias" frente al discurso, cada vez más agresivo, que pretende hacer creer que los migrantes son peligrosos y que hacen crecer las tasas de criminalidad en la ciudad.

Rivera ha subrayado que hasta hace poco más de dos décadas el único discurso sobre las prisiones era un relato hegemónico que provenía de las instituciones públicas y políticas, de los funcionarios y sus sindicatos, pero no había voz para los afectados.

No fue hasta abril de 2004, tras un motín en la prisión de Quatre Camins por el que varios presos fueron fuertemente reprimidos, cuando el Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos denunció los hechos, consiguiendo una sentencia "histórica", con una condena para los funcionarios por maltrato.

A partir de ahí, ha dicho, aparecieron voces que confrontaron el relato oficial e institucional y conquistaron otros muchos espacios, pero no sin que los que "perdieron la hegemonía del relato" profiriesen insultos y descalificaciones en redes, acusaciones falsas, denuncias penales y, en su caso concreto, amenazas que han quedado acreditadas judicialmente.

Por su parte, Serra ha reflexionado sobre el hecho de que la mayor parte de las prisiones hayan salido de la ciudad para trasladarse al extrarradio.

La abogada ha dicho que lo considera un "símbolo del profundo desconocimiento social sobre la prisión" y que, pese a la elevada población carcelaria, las prisiones siguen siendo una realidad tremendamente desconocida.