Víctor del Árbol resigue la evolución de España en la saga familiar 'El hijo del padre'

   BARCELONA, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El escritor barcelonés Víctor del Árbol resigue la evolución de España desde finales del siglo XIX hasta la actualidad en 'El hijo del padre' (Destino) a través de una saga familiar con sus avatares y enconamientos que trascienden generaciones.

   En un encuentro con medios, ha asegurado que le gusta vincular los hechos históricos con mayúscula con las microhistorias, radiografiar la memoria colectiva a través de la individual, y en esta novela lo hace a través de un personaje que quiere olvidar sus orígenes, pero el escritor ha avisado: "Todos venimos de alguna parte".

   'El hijo del padre' parte de un crimen por parte de un respetable profesor universitario, Diego Martín, hijo de la inmigración de la España rural a la industrial, a partir del cual explica el enfrentamiento ancestral entre dos familias --una trabaja para la otra-- que se prolonga en el tiempo y el "porqué, el cómo y el cuándo" de ese odio.

   Martín, ha explicado Del Árbol, vive una vida perfecta de cara a los demás pero "no sabe ni quién es", pero que en realidad se encuentra fuera de lugar, rehuyendo de la figura del padre y creyendo que todo viene producto de su esfuerzo.

   "Todos arrastramos la historia de nuestros padres, abuelos, vecinos, amigos. No somos algo que nace de la generación espontánea", ha subrayado el escritor, quien ha dicho que el problema radica cuando uno solo se convierte en lo que puede ser.

"INSTANTÁNEA" DE UNA GENERACIÓN

   Del Árbol ha afirmado que el reto con esta novela era fijar "la instantánea" de una generación, que aproximadamente ahora tiene 50 años y que es fruto de los movimientos migratorios en el interior de España, hija de otra que tuvo que reinventarse con el paso del campo a la ciudad, y reflejarla como un espejo para comprender de dónde procede.

   El escritor ha subrayado que la novela permite también entender a la generación anterior a la suya y cómo se construyen las "patrias chicas" como los barrios invisibles, todo ello construido alrededor de la evolución de España de las últimas décadas.

   "Somos los escritores de nuestra propia historia, memoria e identidad", ha subrayado Del Árbol, para quien la literatura permite ser observador, ejercer de espejo y no juzgar a los personajes.

"LA DESMEMORIA"

   Del Árbol ha abogado por no rehuir el pasado pero tampoco vivir en él: "Uno de los grandes problemas de este país es la desmemoria", ha subrayado, señalando que ve comportamientos, actitudes y discursos políticos que parece que hayan surgido espontáneamente pero que son una repetición recurrente del pasado, como puede ser el discurso de Vox.

   Ha explicado que las dos familias que protagonizan la novela --los Patriota y los Martín-- podrían ser "una metáfora de las dos Españas", con una parte de la sociedad que viene del privilegio y otra que quiere tener acceso a él como dicotomía del cambio social, pero ha dicho que en muchas ocasiones esos enfrentamientos entre familias tienen más que ver con intrahistorias que con ideologías.

   El autor, que en 2018 fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras en Francia, ha asegurado que "ojalá" la cultura fuera una patria universal, ya que escribiendo, ha considerado, uno siente que forma parte de todo y el lector se puede ver reflejado en esa patria.

   Del Árbol ha señalado que durante la pandemia la sociedad ha podido entender que "lo pequeño hace grandes", refiriéndose a la familia, los vecinos o un libro, y no mensajes de una serie de personas que condicionan la realidad, ya que ésta es lo que cada uno siente, ha subrayado.