Ruphert cumple treinta y cinco años en la profesión

Rupert Posando En Su Peluquería
JOSEFINA BLANCO/EP
Actualizado: miércoles, 27 abril 2011 17:47

MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS - Irene Díaz) -

Del Ministerio del Ejército a la movida madrileña. El corte con tijeras, el pelo liso, el frito, los maquillajes, las ministras peinándose a ojos vistas en los mejores barrios Madrid y finalmente un spot de televisión en el que Victoria Abril gritó "Ruphert, te necesito", así ruphert dejo de ser un joven de Ciudad Real que viajaba a la capital con el sueño de peinar para convertirse en una estrella, la primera y última dentro del mundo de la peluquería española.

Por sus manos han pasado conocidos rostros como el de Lola Flores, Rocío Jurado, Carmen Sevilla, Sara Montiel, Marisol, Ana Belén, Nelly Raymond, Grace Kelly o Jacqueline Kennedy. Envuelto siempre en polémica ha sabido imprir personalidad a todas las mujeres que se han puesto en sus manos pero para él no ha habido nunca ninguna mejor que la Jurado.

Ahora Ruphert, el peluquero de las artistas, peina a todo el mundo en su nuevo salón de la madrileña calle de Velazquez setenta y uno. Ocupado en la creación de su propio museo, un nuevo proyecto que le mantiene ocupado cada vez que viaja a París, sigue siendo el autor de esos nuevos estilismos con los que las personalidades sorprenden de vez en cuando.

-¿Cómo empezó todo Ruphert?

-Vine a Madrid con catorce años con el sueño de ser peluquero y pase grandes penurias hasta que hice el servicio militar en el ministerio del ejército y me pusieron a cortarle el pelo al ministro Camino Menéndez Tolosa, a todos les gustó como cortaba el pelo, incluso a Franco y me hice famosísimo entre las mujeres de los militares. Recuerdo que gane propinas para comprarle a mi padre cuatro casas en Tomelloso, nuestro pueblo, creo que fui el único que salió rico del servicio militar. Fueron dieciocho meses divinos, rodeado de gente guapa y simpática. Aquél fue mi gran golpe de suerte.

-Luego tampoco te faltó ayuda...

-Nunca me he metido en política, eso siempre lo tuve claro. Después monté mi peluquería de la Gran Vía, mi primer gran fracaso, era muy joven y muy tonto pero no perdí la esperanza y seguí luchando hasta que encontré trabajo en la película de Sara y Di Estéfano, la más moderna del momento. Entonces me descubrió Lola Flores y se enamoró de mi manera de alisar el pelo. Fue como si me tocara una barita mágica, aquellas fotos estirando el pelo con cepillos recorrieron el mundo entero. Después vino Carmen, la mujer de Fraga, ella me abrió las puertas a un Madrid que yo no conocía y me contrató para peinar a Grace Kelly y Jacqueline Kennedy cuando vinieron a España. No tenía más que diecisiete o dieciocho años y ya era el peluquero más famoso de toda España.

-Y de allí a Argentina...

-Fue todo por Nelly Raymond, la reina de la televisión, ella me convenció para irme quince días a Argentina y allí me quedé siete años, haciendo un programa de una hora en televisión.

-No has pasado nunca inadvertido...

-Siempre he estado metido en todos los escándalos pero no me arrepiento de nada, he pasado momentos muy difíciles pero todos acabaron haciéndome grande.

-¿Qué te hizo volver?

-La madre de Rocío Jurado, me aseguró que lo peor que podía hacer era meterme en política, allí las cosas estaban muy revueltas y fue ella quien me animó a volver. MI vida eran los artistas, no la política.

-Entonces inauguraste la peluquería de Martínez Campos...

-Fue una sonada inauguración, metemos a tanta gente en la peluquería se hundió. Todas aquellas mujeres fueron benditas para mi, todavía lloramos de emoción cuando recordamos aquella época. Llegaron a precintarme la peluquería por escándalo público, era demasiado moderna para el momento y eso me terminó de encumbrar. Aquella fue la época más bonita de mi vida.

-¿Peinaste alguna vez a Carmen Lomana?

-Sí, claro que sí, Carmen entonces no era famosa, se trataba de una clienta anónima, una mujer muy elegante que venía siempre con pieles.

-¿Cómo te encuentras ahora?

-Muy bien, estoy viviendo un momento maravilloso, con la misma ilusión de siempre, he cerrado la película de la calle Serrano porque necesitaba cambiar, ahora en Velazquez 71 todo es diferente, tenemos la mitad de metros pero estamos llamando igualmente la atención.

-¿Para cuando el museo?

-Para ya, voy a hacer un museo en París pero todavía estoy buscando el local adecuado, no me gustan los que me ofrecen, tengo muchos reportajes, muchas filmaciones y muchas fotos que exponer al lado de Alexandre.

-¿Quienes son hoy en día las mejor peinadas?

-Hoy en día no hay mujeres bien peinadas, Naty Abascal fue la última, ahora las modas han cambiado mucho y las princesas quieren ir con el pelo suelto, natural y desenfadado. Todas van iguales. La peluquería está atravesando un momento muy difícil, han abierto muchas peluquerías baratas de peluqueros que no saben peinar, se está perdiendo el arte. No creo que haya más estrellas dentro del mundo de la peluquería cuando yo me muera. Necesitaríamos que las hijas de Carolina de Mónaco recuperaran el esplendor, entonces todas las copiarían. Me han propuesto irme a trabajar a Mónaco y a París pero quieren que abra peluquería conmigo dentro y no me atrevo a firmar, necesito estar suelto, adoro la libertad.

-Por eso no te casas...

-A los sagitario es muy difícil que alguien nos case (ríe), no creo en el matrimonio pero si en la pareja. Los hombres evolucionamos, cambiamos y tenemos nuestros momentos de estar juntos y nuestros momentos de decirnos adiós. He tenido cuatro parejas en mi vida, la última de Argentina. Aprendí mucho de Federico Fellini y de su espiritualidad, nunca me acosté con él pero a su lado conocí a la gente más maravillosa.