MADRID, 16 Abr. (CHANCE) -
Si hay un dulce típico de la Semana Santa esa es, sin duda, la torrija, un postre de origen popular realizado a base de pan frito que, por la sencillez de sus ingredientes, se ha convertido en el postre o la merienda perfectos para estos días en los que mientras alguno disfrutan de las procesiones en ciudades como Sevilla, Málaga o Madrid, otros apuestan por recargar pilas frente al mar aunque el tiempo no acompañe demasiado.
De la mano de Pazo de Vilane te contamos algunas curiosidades sobre este delicioso postre que triunfa especialmente en Pascua, y te descubrimos la receta perfecta para hacer en casa unas torrijas "de las de toda la vida" ¡que harán que te chupes los dedos!
El origen de este postre parece remontarse a la época de los romanos. En este sentido, se han encontrado referencias a una receta del siglo I d.C. de una receta muy similar a partir de una tostada o galleta, leche, aceite y miel. En España se hizo muy popular en la Cuaresma, ya que el pan, la leche y los huevos daban energía a los labradores y eran ingredientes asequibles para los más humildes.
Se trata, sin duda, de una receta perfecta de aprovechamiento, puesto que aunque hay quien prefiere el pan especial para torrijas, lo cierto es que también queda muy rica con pan del día anterior, y es un alimento elaborado por ingredientes naturales bastante económico.
Pese a lo que se pueda creer, la torrija no es un dulce exclusivo de España. Aunque versionadas y adaptadas a los gustos locales, hay otros países que tienen sus "propias" torrijas. Un ejemplo de ello es Grecia con su "Avgofeta", las "Fotzelschnitten" suizas, las "Fatias" de Portugal o la tostada francesa en Francia.
RECETA TORRIJA TRADICIONAL
Ingredientes:
- 1 barra de pan para torrijas (o pan del día anterior)
- 2 huevos camperos
- 150 gr. de azúcar (aprox)
- una rama de canela
- Una o dos cucharadas de vino dulce, mistela o anís (opcional)
- 1 litro de leche
- Cáscara de limón, naranja o lima (la que prefieras)
- Vainilla (en rama o en esencia)
- Aceite de oliva 0,4 para freír
Elaboración
Elabora un almíbar con unos 100 gramos de azúcar y una cucharada de miel. Calienta a fuego lento hasta que tome un bonito color dorado. Con mucho cuidado (para evitar salpicaduras que podrían quemarte) añade el agua. Si las torrijas no son para niños, incorpora un par de cucharadas de vino dulce o anís. En tal caso, sube el fuego hasta que se evapore el alcohol y la mezcla esté espesa. Retira el almíbar del fuego y deja que se enfríe.
Por otro lado, calienta en una cazuela 1 litro de leche. Añade la cáscara de limón o naranja, 50 gramos de azúcar, una rama de canela y la vainilla. En cuanto rompa el hervor, retira del fuego y deja reposar hasta que esté casi fría, para que se infusione la leche.
Mientras, ve cortando las rebanadas de pan y mójalas en la leche.
Bate dos huevos camperos, escurre ligeramente las torrijas y ve pasándolas por los huevos batidos.
Fríelas en abundante aceite de oliva suave para que las torrijas puedan flotar. En cuanto cojan un color dorado bonito, dales la vuelta.
Saca de una en una y escurre en papel de cocina absorbente.
Una vez escurridas, colócalas todas en una bandeja e incorpora el almíbar, que deberá estar frío.