Carmen Cervera no felicita a su hijo Borja en su 31 cumpleaños

Borja Thyssen y Blanca Cuesta
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 25 julio 2012 14:24


MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

Borja Thyssen cumplía 32 años y lo celebró con su mujer, Blanca Cuesta y sus dos hijos Sacha y Eric disfrutando de un tranquilo día de playa en la isla de Ibiza. Mientras, su madre Tita Cervera pasaba el día con su amigo Manolo Segura y su mujer Mari Paz Pastor realizando algunas compras en el centro la isla pituisa.

A pesar del deseo de la baronesa de mejorar las relaciones con su único hijo varón parece que el estar en la misma isla no es suficiente para poder felicitarle por su aniversario. Y es que la relación madre e hijo no puede estar peor. Desde el pasado lunes tanto la baronesa Thyssen como su hijo han recalado en aguas de Ibiza, como vienen haciendo desde hace años. Y una vez más lo han hecho por separado; ni siquiera el treinta y dos cumpleaños de Borja hizo que dejaran a un lado sus diferencias y pudieran reencontrarse.

Borja lejos de mostrarse afectado o triste por el desplante de su madre esta radiante de felicidad y se lo pasó en grande nadando en el mar o jugando en la arena con sus dos pequeños. Blanca que luce orgullosa su embarazo, ya muy avanzado, pues dará a luz en otoño, lucio un biquini blanco que le sentaba a las mil maravillas.

A pesar de que sigue muy distanciado de su madre, tiene motivos para estar feliz, y es que tiene en su mujer Blanca y en sus pequeños el mejor apoyo. Precisamente, junto con sus dos hijos, Sacha, de 4 años, nacido el 31 de enero de 2008, y Eric, de año y medio, nacido el 5 de agosto de 2010, el joven celebró su cumpleaños con una familiar jornada en alta mar.

La baronesa pernocta y hace la vida en su velero de más de 40 metros, del que tan solo se baja para hacer compras, pasear o ir a los restaurantes. Curiosamente, Borja y Blanca, han alquilado este verano un apartamento en la zona de Talamanca, que está a menos de 1 kilómetro del puerto en el que se ha quedado Tita. La primera coincidencia no se hizo esperar. Tita y Borja, con sus respectivas compañías, navegaron en aguas de Formentera, anclando frente a la costa a menos de doscientos metros de diferencia ignorándose mutuamente.