MADRID, 10 Jun. (CHANCE) -
Tras perder su título de Duquesa de Fernandina en diferentes batallas judiciales contra su sobrino, que aún no han llegado a su fin, Pilar González de Gregorio vive plena y feliz volcada en el mundo del arte. Los problemas legales y la desagradable exhumación de los restos de su padre, Leoncio Alonso González de Gregorio, para realizarle el análisis de AND que Rosario Bermudo solicitó y que ha dado positivo, no han conseguido quitarle el sueño ni han acabado con su sonrisa. Preparada para la larga batalla judicial que se le viene encima, nos habla del delicado momento personal que atraviesa.
CHANCE ¿Cómo has recibido la noticia de los resultados del análisis del AND de tu padre?
Pilar González de Gregorio: Cabía dentro de lo posible, es un momento complicado y difícil pero me lo tomo con la mayor calma que puedo, va a ser una cosa larga.
CH: ¿Esperabas este resultado?
P.G: No estaba segura, pensaba que podía ser o no ser.
CH: ¿Servirá esto para uniros más a los hermanos?
CH: No lo sé, no es algo positivo en cualquier caso pero es lo que hay.
CH: ¿Qué vais a hacer ahora?
P.G: Resolverlo todo a través de la justicia, pondremos todos los medios legales que tengamos a nuestro alcance para defendernos.
CH: Esperáis que reclame dinero...
P.G: Claro, si intentó presentarse también a la herencia de mi madre por medio de su abogado pero no tiene derecho porque se casaron con separación de bienes. Para qué otra cosa sino lo ha querido hacer. La forma de hacerlo, el haber tenido que desenterrar a mi padre, es lo que no me parece nada bien. Me pareció muy injusto que me obligaran a pasar por la exhumación habiéndome ofrecido para hacerme las pruebas. Tampoco entiendo que habiendo tenido desde el año 82 para poder reclamar, haya esperado a seis años después de la muerte de mi padre y vaya contra unas personas que no tienen culpa de nada. Legalmente será posible pero moralmente no me parece aceptable. Me ofrecí yo y mi hermano Javier. Que se me obligue a una cosa tan desagradable, he conocido a mi padre en vida y le he querido.
CH: De hecho preferiste que fueran tus hijos...
P.G: Sí porque era muy desagradable para mí.
CH: ¿Preparada para una larga batalla legal?
P.G: Sí, es lo que hay. Se supone que se tienen cuatro años para reclamar la herencia de su padre y ella que dice saberlo desde la infancia pero lo intenta seis años después de la muerte de mi padre.
CH: Además has vuelto a pelear por el título...
P.G: No pensaba pero mi sobrino ha vuelto a pedirlo y he tenido que oponerme, lo hago por defender mis derechos, porque me parece una injusticia, no es una cosa que me cambie la vida. A mi sobrino se lo denegaron y el título no existe desde hace cinco años, no lo podía rehabilitar porque no cumplía la ley pero ahora sorprendentemente lo ha vuelto a pedir. Le dijeron que tenía más derecho que yo, algo que nunca entendí porque en el año ochenta cuando podía hacerlo mi madre me lo cedió con la autorización de mis hermanos, lo rehabilité y nadie se me opuso. Mientras tenga una posibilidad siempre lo lucharé, no me cambia la vida pero prefiero no permitir ninguna situación injusta que me atañe, es como una parte de la dignidad de uno mismo.
CH: ¿Eso lo has heredado de tu madre?
P.G: No lo sé pero para mí en la vida siempre ha sido importante defender mis ideas aunque el auditorio no sea proclive, se paga su precio por eso también pero no tanto como el que pago mi madre, que estuvo en la cárcel por defender sus ideas.
