MADRID, 17 Ago. (CHANCE) -
El príncipe Friso de Holanda ha tenido un íntimo entierro tras fallecer el lunes 12 de agosto, por el daño cerebral causado cuando quedó atrapado por un laud mientras estaba esquiando.
EL ÍNTIMO ENTIERRO
El íntimo entierro se produjo cerca del castillo de su madre, la exreina y princesa Beatriz, en el pueblo de Laage Vuursche, donde Beatriz pasará la jubilación. Allí se cortaron calles y se prohibió el acceso al cementerio al público, para garantizar la seguridad del lugar. Aunque al final no fueron tanto los curiosos que se acercaron como preveía la policía.
Pudimos ver a todos los miembros de la familia real holandesa: la ahora princesa Beatriz, los hermanos el rey Guillermo-Alejandro y el príncipe Constantino, la esposa del fallecido Mabel y sus dos hijas Luana (8 años) y Zaria (7 años).
EL ACCIDENTE QUE ACABÓ CON SU VIDA
El 17 de febrero del 2012 la familia se llevó la dolorosa noticia de que el príncipe entra en coma por una conmoción cerebral tras estar atrapado durante 20 minutos bajo la nieve.
El traslado al hospital Wellington de Londres se produjo de manera inmediata en un avión medicalizado. Tras 6 meses de tratamiento sin ninguna mejora, la reina tuvo que decidir sin acabar con el tratamiento de su hijo o no. El 17 de febrero del 2013 se cumplió un año tras el accidente y su estado seguía igual. Las esperanzas se desvanecían y en verano Friso fue trasladado al Palacio Huis ten Bosch de La Haya (Países Bajos)ya que en Inglaterra no obtenía mejoría, hasta el día de su muerte.
VIDA Y FAMILIA
El periódico holandés Trouw, aseguró que a menudo el príncipe Friso era presentado como "el hijo preferido" de Beatriz a pesar de que el príncipe rompiera sus lazos con la realeza al casarse con una plebeya.
Contrajo matrimonio con Mabel Wisse Smit desde el 2004, con quien tuvo dos hijas, Luana y Zaria. La familia vivía en Londres. Como el gobierno holandés no autorizó su boda, Friso no formaría más parte de la Casa Real holandesa pero conservó el título de "Príncipe de Orange-Nassau".
Tal era la predilección de la reina Beatriz por su hijo que lo dejó todo por él. En abril abdicaba dejándole el testigo de la jefatura de Estado a Máxima Zorreguieta y Guillermo que a sus 46 años se convertía en el rey más joven de occidente.
Pero hasta a las mejores familias le ocurren este tipo de tragedia. Es un final que ya se veía venir pero que aceptarlo supone un duro golpe para la realeza holandesa.
