El funeral de la Duquesa de Alba, muy íntimo y con ausencias llamativas

ESPAÑA
Foto: GETTY
Actualizado: martes, 2 diciembre 2014 8:50

MADRID, 2 Dic. (CHANCE) -

   La duquesa de Alba, uno de los personajes más queridos del panorama social, ha vuelto a ser recordada con un emotivo funeral oficiado en la iglesia del Valle, sede de la hermandad de los Gitanos en Sevilla, donde descansan sus cenizas.

   Familiares y amigos de la duquesa de Alba han querido honrar su memoria con una solemne misa del novenario de su muerte en este templo del que era hermana y cuya rehabilitación financió ella misma, donde hubo que destacar la presencia de su viudo, Alfonso Díez, así como sus hijos , Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando y Eugenia. Cayetano Martínez de Irujo se convirtió en el gran ausente.

   Las cenizas de Cayetana Fitz-James Stuart, por expreso deseo de la aristócrata, reposan desde el pasado 21 de noviembre en la citada iglesia en una hornacina de una de sus naves laterales, bajo una lápida con la leyenda: "Aquí reposan las cenizas de nuestra hermana, doña Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, Duquesa de Alba. Camarera de honor de María Santísima de las Angustias, medalla de oro, y gran benefactora de esta Hermandad de los Gitanos, gracias a cuya contribución y ayuda fue posible la reconstrucción de este Santuario. Estará por siempre en la memoria de nuestra hermandad. 1926-2014".

   Hasta allí acudió el que fuera su confesor, D.Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, que llegó acompañado por Ana Abascal. El párroco fue el encargado de oficiar la misa acompañado por otros curas.  

   Minutos antes de comenzar la ceremonia, su viudo, así como sus hijos y nietos se personaron en las inmediaciones de la parroquia, todo ellos procedentes del Palacio de Dueñas.

   Su viudo Alfonso Díez llegó acompañado por Eugenia Martínez de Irujo, de riguroso luto. Ambos lucían un semblante serio y el dolor aún presente en sus ojos por la triste pérdida de la aristócrata. No faltó Tana, la hija de la duquesa de Montoro, quién también vestía de negro. Tras ellos el duque de Huéscar acompañado por su primogénito, Fernando, Alfonso Martínez de Irujo, así como Jacobo Fitz-James Stuart y su esposa, Inka Martí. Cayetano Martínez de Irujo, aún convaleciente tras ser intervenido por una obstrucción intestinal, fueron los grandes ausentes.

   Antes de dar comienzo el novenario Alfonso Martínez de Irujo intercambió unas breves palabras con Ignacio Jiménez Sánchez Dalp, mientras que Alfonso Díez departía con la que fuera la secretaria personal de su esposa, Lola Morali, a la que la fallecida estaba muy unida.

   Finalizado el sepelio, Alfonso Díez y los cinco hijos de la Duquesa de Alba recibieron las condolencias de amigos y familiares, entre los que hubo que destacar la presencia del periodista, Antonio Burgos y su esposa, Isabel Herce.

   El viudo de doña Cayetana no pudo contener las lágrimas y rompió a llorar al recibir nuevamente el pésame. Instantes después era la propia Eugenia la que lloraba desconsoladamente.

 

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