MADRID, 21 Mar. (CHANCE) -
La guerra que viven la extenista Arantxa Sánchez Vicario y sus padres, Marisa Vicario y Emilio Sánchez, sige en pie. Sin embargo, la paz estaba preparada y prevista para 2013, algo que nunca se produjo.
Según ha revelado hoy la revista Vanity Fair, el conflicto entre la familia se alargó en contra de todo pronóstico. La revista ha tenido acceso a los documentos de 2013 donde un comunidado ponía fin al litigio que se había desencadenado en 2012 con la biografía de Arantxa, donde acusaba a sus padres de apropiarse de los 45 millones de euros que había ganado a lo largo de su carrera como tenista.
Esa biografía fue la forma que tuvo Arantxa de exigir la atención y reconocimiento que creía merecer y que ya no tenía, a pesar de todo el esfuerzo que hizo para colocarse como una de las figuras más importantes del tenis español. Esa ha sido la conclusión a la que ha llegado una de las personas que trabajó con la extenista en el libro.
"Hemos decidido resolver de forma definitiva todas aquellas cuestiones que distanciaban a la familia [...] desde el aprecio y el respeto mutuo [...] y sin que exista contraprestación, indemnización ni compensación alguna entre las partes. [...] Todos lamentamos los hechos y acontecimientos que nos han llevado al enfrentamiento público". Este era, según Vanity Fair, el contenido esencial del comunicado, que debían firmar las partes implicadas: la extenista, sus padres, su hermano mediano, el también extenista Javier y los que fueron asesores de Arantxa durante su carrera a los que también se acusaba de apropiación indebida.
El documento saldría a la prensa el 28 de junio de 2013. Todo estaba preparado, Arantxa Sánchez Vicario, la parte principal de esta historia, estaba de acuerdo en firmar el comunicado ante notario y retirar la denuncia que había presentado para terminar así con el conflicto que la enfrentaba con sus padres. ¿Qué pasó para que el acuerdo no saliera adelante?
El documento finalmente no se firmó, por lo que no hubo noticia del fin de esta guerra familiar. De hecho, días después, la extenista se reafirmaba en su posición y acudía al mismo notario que iba a firmar la paz para revocar la denuncia.
Hasta el momento, no hay constancia de ningún tipo de acercamiento entre la familia. Junio de 2013 fue la fecha donde esa reconciliación estuvo más cerca. No parece que ni la extenista ni sus padres estén dispuestos a ceder en sus versiones.
"Estoy en la ruina, quiero que mi familia explique por qué tengo deudas" ha repetido Arantxa. Por su parte, la familia asegura que todo esto se debe a una "mera vendetta familiar auspiciada y dirigida, aparentemente, por su marido".
Círculos próximos a las familias señalan que "Arantxa piensa que sus padres poseen mucho dinero. Cuando fallezcan se dará cuenta de hasta qué punto se equivoca".
La guerra entre los Sánchez Vicario sigue muy viva y no parece que haya un comunicado cercano que ponga fin a este conflicto que ya dura tres años.
