MADRID, 29 Sep. (CHANCE) -
Maite Galdeano y su hijo Cristian Suescun protagonizaron el pasado viernes en el programa "¡De viernes!" un esperado reencuentro televisivo tras catorce meses de profunda ruptura familiar. En ese plató, ambos se permitieron derribar las barreras emocionales que los han separado, brindando a la audiencia un abrazo cargado de emoción, palabras de perdón y la intención sincera de recuperar el tiempo perdido. Durante la conversación, la colaboradora de televisión pidió disculpas por los errores de la convivencia y el joven confesó sentir aún el dolor del distanciamiento.
La reconciliación entre madre e hijo gira alrededor de un gran protagonista ausente: Kiko Jiménez, señalado por ambos como el responsable de la crisis. Tanto Mayte como Cristian coinciden en que Sofía Suescun, hija y hermana de ellos respectivamente, permanece bajo la influencia de su pareja, lo que ha llevado a romper lazos no solo con su familia directa sino también con amigos y entrenadores personales. Según el el exconcursante de 'Supervivientes', muchas de las acciones que han separado a la familia estuvieron "guionizadas" por el colaborador, quien incluso grababa conversaciones y condicionaba los mensajes que su hermana enviaba. Actualmente, la relación entre la madre y su hija sigue bloqueada. La colaboradora destaca que ni siquiera puede comunicarse con la influencer porque su teléfono lo gestiona "el otro", recibiendo siempre silencio por respuesta.
Mientras tanto, las imágenes captadas por el equipo de Europa Press confirman que madre e hijo han retomado su relación de verdad y no sólo ante las cámaras. A la salida de '¡De viernes!', la colaboradora y el joven se fundieron en un abrazo sincero, escenificando el nuevo comienzo que ambos manifestaron minutos antes ante la audiencia. El hijo acompañó a su madre hasta un taxi y, tras dedicarle un cariñoso beso, se pudo escuchar claramente cómo le decía: "Venga, mamá", con un tono de auténtica complicidad.
En ese momento, la colaboradora de televisión evitó responder a los medios sobre cómo se había producido la reconciliación, manteniéndose reservada y sin querer entrar en detalles. Tampoco quiso comentar nada sobre la tensa relación que mantiene con su yerno, el gran ausente y señalado por ambos como causa del conflicto familiar. Ante la insistencia de la prensa, la navarra se limitó a exclamar nerviosa "¿Qué? ¡Qué susto! ¡Ay, qué susto, por favor!" y zanjó cualquier pregunta con un escueto "¿No has visto el programa?".