Ante un proceso divorcio: terapia, ¿sí o no?

Actualizado: sábado, 8 octubre 2016 16:57

   MADRID, 8 Oct. (CHANCE) -

Dos divorcios han marcado la actualidad de los últimos meses y semanas en España y al otro lado del charco. El verano arrancaba por estos lares con el bombazo de la separación de Alba Carrillo y Feliciano López, que todavía colea y ¡lo que te rondaré morena!; y finalizaba con el divorcio de Angelina Jolie y Brad Pitt, de la que no nos recuperaremos en la vida porque el final amargo de la historia de amor perfecta de Hollywood se ha convertido en una ruptura global.

Como casi todo en la vida, las parejas y los matrimonios son cada uno de su padre y su madre, como las personas, no hay una historia sentimental similar, pero sí que es cierto que todas comparten algo en común, el desamor, ya sea por desgaste, por terceras personas, por diferencias irreconciliables o por intereses comunes que saltaron por los aires. Tampoco son equiparables las maneras de asumir el duelo de un divorcio, pero pocos son los que recurren a expertos para buscar una vía de encuentro desde la que partir de cero o dar carpetazo definitivo a la historia.

Pasar de ser la pareja perfecta a no poderse ver la cara en cuestión de horas es un acontecimiento traumático seas Brangelina o el lector/a de este artículo. Cuando eso sucede estamos ante una decisión que marcará para siempre nuestras vidas, provocará todo tipo de sentimientos encontrados (odio, dolor, resentimiento...), puede abrir un campo de batalla entre personas que tenían sueños y proyectos en común y nos pondrá a prueba en un proceso de duelo con fases similares al que debe enfrentarse cualquier persona que haya perdido a un ser querido tras una larga enfermedad incurable. Brad, devastado y con el corazón roto, estaría trabajando para recomponer su vida sin la presencia de sus hijos; mientras que los seis vástagos en común y la ganadora de un Oscar estarían siendo supervisados por un equipo de terapeutas.

El año pasado se produjeron en España 101.357 casos de nulidad, separación y divorcio, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), informe en el que el año que viene se contabilizará la ruptura de la modelo, reconvertida en presentadora de Telecinco, y el tenista toledano. Mientras el deportista se mantiene en un segundo plano y desea firmar los documentos legales cuanto antes para dejar atrás meses donde ha acaparado más páginas de papel couché que de diarios deportivos; su ex mujer se ha estado desahogando de lo lindo en los medios de comunicación, diciéndole de todo menos guapo. El último calificativo que ha recibido el hombre al que hace un año prometió amor eterno es "cerdo", un nuevo episodio de la ira desatada en la que vive enfrascada desde hace meses la madrileña.

Para muchos, la terapia de pareja es la antesala del divorcio, ejemplos recientes podemos encontrarlos en Gwen Stefani y Gavin Rossdale; Antonio Banderas y Melanie Griffith o Kristen Stewart y Robert Pattinson; pero son muchos los casos en los que los matrimonios se dan una segunda oportunidad para salir reforzados o para superar las diferencias que les permitan llevar una vida libre de enojos y reproches. Sarah Jessica Parker, que lleva casi 20 años casada con Matthew Broderick, superó una complicada crisis en 2009 debido, supuestamente, a una infidelidad del actor. En las mismas andan desde hace más de un año y medio Ben Affleck y Jennifer Garner, tras destaparse un posible affaire del oscarizado director con la nanny de sus hijos; Megan Fox y Brian Austin Green, unidos después de varios altibajos y padres de un tercer bebé; o Mr. Dreamy (Patrick Dempsey), y su mujer, la maquilladora Jillian Fink, que han decidido apostar fuerte por su historia de amor tras dejar atrás los cuernos que le colocó el actor con una compañera del equipo del set de rodaje de Anatomía de Grey.

Según estadísticas recientes, un 50% de los matrimonio terminan en ruptura cuando descubren no haberse casado con la persona que creían, siendo el primer año de convivencia cuando aparecen las incompatibilidades. John M. Gottman, profesor en Psicología de la Universidad de Washington publicaba recientemente un estudio en la que desgranaba seis señales de peligro para las parejas: Un planteamiento violento; los cuatro jinetes del Apocalipsis (crítica, menosprecio, actitud defensiva y desdén); desbordamiento; expresión corporal; intentos fallidos de reparación; y malos recuerdos, son algunos de los indicios que nos advierten que estamos entrando en terreno sentimental peligroso.

En 2014 se publicaron algunas de las causas actuales que conducen a dos personas a una separación. La presencia de una tercera persona sigue siendo el motivo más repetido, pero nuestro hábitos de vida en 2016 también tienen mucho que ver: como los móviles delatadores, las indiscretas redes sociales, la higiene personal o compartir una vida en común con tu pareja y sus múltiples mascotas.

Según datos del INE, la salida de la crisis ha tenido su incidencia también en el aumento del número de divorcios en un 5.4% respecto a 2013, así que es evidente que la cuestión monetaria cuenta, y mucho, en la toma de una decisión de este calibre. La media de años de un matrimonio en España roza los 16, siendo el tramo de los 40 a los 50 años la edad más crítica y donde se desencadenan más disoluciones matrimoniales. Llama la atención que hayan aumentado también el número de rupturas de las parejas de hecho, que no aparecen en las estadísticas, evidenciando que esta fórmula alternativa al matrimonio convencional tampoco es la panacea.