Katy Perry, de negro y azul en la noche londinense

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MADRID, 20 Mar. (EUROPA PRESS - Carolina Ruiz de Burgos) -

   La cantante, que ya lleva meses luciendo orgullosa una melena azul -no sabemos si a lo Lucía Bosé o a lo 'pitufina'-, y sin recurrir a los colores eléctricos y primarios que tanto le gustan, se refugió esta vez en un vestido negro, aparentemente muy simple, para pasearse por el oeste de Londres con varios amigos.

   El pasado sábado, Perry se dejó ver en el restaurante londinense 'Nob', en el barrio de Picadilly. Después fue con otros amigos al emblemático club 'Mahiki' en Mayfair, donde suelen ir a menudo la alta sociedad de jóvenes 'brits'.

   Perry eligió combinar su peinado con un singular vestido negro de inspiración futurista, como de heroína de cómic. La parte superior embellecía el busto con tirantes en forma de triángulo, sobre un escote corazón.

   Es difícil encajar el vestido dentro de un solo estilo, ya que aunque la prenda tiene una falda de corte evasé con cintura de avispa, que le otorga un estilo clásico, a Katy se le ocurrió ponerse unas botas góticas con cordones a juego con la cabellera, desordenando por completo la armonía del look.

   No sabemos si es su forma de sopesar la mala racha por la ruptura de Russel Brand, pero está más sexy que nunca, luciendo piernas y sobretodo muchos escotes, tanto de día como de noche. A Katy Perry le sientan extraordinariamente bien los vestidos ceñidos y de tamaño mini y con escotes originales (ya vimos como lució un modelo de Balmain de corte psicodélico en la semana de la moda de París).

   A la salida del restaurante la esperaban fotógrafos de diferentes medios que hacian guardia en la puerta. La cantante salió sonriente, sin intentar ocultarse de los flashes, y del brazo de un misterioso hombre de pelo rizado ¿Habrá encontrado Katy al sustituto de Russel?


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