Cómo combatir el desánimo por la llegada del otoño y el fin de las vacaciones

OTOÑO
CORDON PRESS
Actualizado: sábado, 24 septiembre 2016 13:35

   MADRID, 24 Sep. (CHANCE) -

Vuelta a la rutina y regreso también de Nano López. El coach para organizaciones y adolescentes nos trae esta semana un artículo para ayudarnos a combatir el desánimo que nos invade ahora que llega el otoño y las vacaciones de verano ya se han terminado.

Es muy habitual que al regreso de las vacaciones nos encontremos con el estado de ánimo bajo. Esto es muy normal porque venimos de disfrutar de unos días de descanso y diversión. Lo que tenemos que vigilar es si este estado de ánimo perdura a lo largo de las semanas.

Antes de nada, y como primer paso para poder afrontarlo, es saber detectar qué sentimientos nos provoca dicha emoción. Muchas veces no somos conscientes de que sólo detectamos un número pequeño de sentimientos y creemos que las emociones son unas pocas. Principalmente encontramos las básicas: tristeza, alegría, miedo, ira, sorpresa y asco. Gracias a una película de dibujos animados incluso hemos podido entender mejor cómo suelen funcionar.

Nos suele resultar más fácil detectar las emociones más positivas y lo que ellas nos aportan. Pero es importante localizar y ponerle nombre a los sentimientos más negativos que nos puede causar una emoción. Esto es primordial para tratar de construir algo positivo. Por ejemplo, dentro de la rabia podemos encontrar sentimientos como estar descontento, indignado, harto, furioso, impotente o desesperado. Detrás del dolor podemos sentirnos vulnerables, angustiados, resentidos o amargados. Y como no, detrás del miedo podemos encontrar, ansiedad, desconfianza, fobia, nerviosismo, inquietud, terror, preocupación, aprehensión, remordimiento. ¿Por qué es importante esto? Normalmente detrás de un sentimiento que nos haga sentirnos mal hay una necesidad que no tenemos cubierta. Por ejemplo: si yo siento miedo y el sentimiento que alimenta dicho miedo es la preocupación, tengo que saber detectar de qué cosas me estoy pre-ocupando y valorar si es necesario.

Pre-ocupando. Cuando divido la palabra en dos es porque, para mí, el sentido que le estoy dando es el de ocuparme de algo antes de tiempo. No es lo mismo la incertidumbre que me puede ocasionar algo que pueda ocurrir, que el quererme ocupar en este momento de algo que no sé si en el fondo ocurrirá para ponerle solución ahora. De manera que yo lo que debo identificar es lo que necesito para no sentir preocupación. Evidentemente esto es personal, individual y de cada uno.

Por otro lado es importante saber distinguir entre un estado emocional puntual, que puede ser causado por un acontecimiento presente, y un estado de ánimo que no pueda tener unas causas de este tipo y que se alargue en el tiempo. Una emoción surge en el momento, no podemos controlarla. Por ejemplo, si yo veo una película de terror y de pronto en la pantalla salen unas imágenes aterradoras que habitualmente van acompañadas de una música estridente, seguramente sentiré miedo.

Muchas veces podemos confundir sentimiento con emoción ya que suelen tener similitudes. Sentimiento viene de "sentir" y va relacionado con experiencias sensoriales y a veces subjetivas. La emoción va más relacionada a una reacción biológica y dependiente de un estado mental ligada a una expresión. La principal diferencia entre ellos es que los sentimientos son más duraderos y las emociones más espontáneas y, además, que los sentimientos suelen ser el resultado de las emociones.

Sin embargo, si yo sustento un sentimiento en el tiempo puedo terminar convirtiéndolo en un estado de ánimo. Nosotros no somos responsables de nuestro estado de ánimo, sin embargo, sí somos responsables del tiempo que decidimos permanecer anclados en él. La diferencia primordial es que, en el estado de ánimo, también puede haber una historia que hemos fabricado alrededor. Todos solemos pasar por diferentes estados de ánimo que pueden ser transitorios y lo que no debemos olvidar es que pueden ser temporales y reversibles. Un estado de ánimo es más bien una actitud, ser conscientes de nuestros pensamientos y decidir cómo nos queremos sentir.