MADRID, 10 Ene. (CHANCE) -
Cayetano Rivera no ha querido rechazar la llamada de Hermano Mayor para ayudar a Cristian, un joven problemático que estaba haciendo la vida imposible a sus padres.
El torero ha dado su opinión acerca del rol de un padre y ha contado cómo fue su infancia, sobre todo después de perder a su padre con solo siete años: "Me parece terrible llegar a pensar que quieres que se muera. Yo perdí a mi padre cuando tenía siete años. Él fue estricto conmigo y con mi hermano. Pegaba una voz y nos poníamos firmes. Con el tiempo he aprendido que lo que intentaba era enseñarme para el futuro y lo que puede ser la vida. No he podido tenerle para seguir dándome consejos y poder apoyarme en él en algún momento. Mi madre nos consentía más y yo prefería pasar más tiempo con mi madre y ahora me arrepiento de no haber utilizado ese tiempo para estar más con él. Cuando faltó mi padre, mi madre tuvo que ponerse más estricta. Me sorprendió pero se dio cuenta de que no se podía seguir por ese camino porque estábamos asalvajados y éramos un poquito prendas. Se dio cuenta de que no era el camino y que tenía que poner orden en casa y en nuestra vida".
Además, Cayetano le explicó cómo su madre Carmina tuvo que ponerse en su sitio: "Volaban zapatillas y algún guantazo también cayó", le confesó a Cristian, al que trata de explicarle que lo que hacen sus padres es por su bien. "Esas son medidas desesperadas si no atiendes a la conversación a una lógica o un razonamiento. Todo es porque te quieren, porque se preocupan por ti y quieren que reconduzcas tu vida hacia algo mejor. Tienes la oportunidad de apoyarte en él, echar una mano en casa y crear un ambiente de familia".
Por último, el toreo le ha querido hacer ver a Cristian que las críticas pueden convertirse en el secreto de su éxito futuro: "He tenido críticas. Mi apoderado era mi tío y él era el más crítico conmigo . Siempre he intentado seguir su consejo y me ha ayudado muchísimo. Para mí ha sido un pilar fundamental en mi profesión y en mi vida. Está en tus manos".
Unas palabras que ayudaron a encauzar la vida de Cristian para que pusiese fin a su comportamiento destructivo.