Abrevadero de elefantes - AMANDA STRONZA - ECOEXIST
MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
Nuevas pruebas avalan que la muerte de 350 elefantes en Botsuana durante 2020 se debió a beber de pozos de agua donde las poblaciones de algas tóxicas habían aumentado debido al cambio climático.
Un análisis dirigido por el King's College de Londres muestra que es muy probable que los animales se envenenaran al beber de pozos de agua donde se habían desarrollado floraciones tóxicas de algas verdeazuladas, o cianobacterias, después de un año muy húmedo seguido de uno muy seco.
Davide Lomeo, estudiante de doctorado en el Departamento de Geografía del King's College, dijo en un comunicado: "Botsuana alberga un tercio de todos los elefantes africanos, y esta mortandad sin precedentes dentro de su mayor población restante subraya las crecientes preocupaciones en torno al impacto de la sequía y el cambio climático en el delta del Okavango, uno de los ecosistemas más importantes del mundo".
Los primeros cadáveres de elefantes se avistaron en el sector nororiental del delta del Okavango entre mayo y junio de 2020, pero pronto se descartó que la caza furtiva fuera la causa.
El suceso desató la preocupación mundial y ahora se sabe que murieron un total de 350 elefantes.
Las toxinas producidas por las algas que crecen en los abrevaderos fueron una de las causas sospechosas, aunque las pruebas no han sido concluyentes, en parte porque se produjo durante la pandemia de COVID-19, cuando se restringieron los movimientos y esto impidió la recolección de muestras en ese momento.
Las muertes de 25 elefantes en el vecino Zimbabue por septicemia en el mismo año arrojaron algunas dudas sobre si las toxinas de las algas fueron la razón de las muertes en Botsuana.
Sin embargo, en un artículo publicado en la revista Science of The Total Environment, el equipo dice que su análisis prácticamente confirma que las algas tóxicas son la causa.
DATOS SATELITALES
Combinando datos satelitales y análisis espaciales, el equipo examinó la relación entre unos 3.000 abrevaderos y las ubicaciones de los elefantes muertos.
Su análisis reveló que los pozos de agua cerca de los cadáveres mostraron niveles elevados de algas y repetidos eventos de floración en 2020 en comparación con años anteriores, particularmente durante el período asociado con el evento de mortalidad masiva.
El equipo también demostró que los cadáveres de elefantes en descomposición estaban más dispersos en el paisaje que los cadáveres frescos, lo que indica que la mortandad en 2020 fue diferente de los patrones típicos de mortalidad de elefantes.
"Identificamos 20 pozos de agua cerca de cadáveres frescos que experimentaron un aumento de eventos de floración de algas en 2020 en comparación con los tres años anteriores combinados. Estos pozos de agua también exhibieron la biomasa de algas promedio más alta del período 2015-2023", dijo Davide.
Después de beber, se estimó que los elefantes caminaron un promedio de 16,5 km desde los pozos de agua tóxicos y murieron dentro de las 88 horas posteriores a la exposición.
Estos hallazgos sugieren un mayor riesgo y probabilidad de presencia de toxinas de algas en estos pozos de agua, agregó.
El equipo cree que el cambio de un 2019 muy seco (el año más seco en décadas en la región) a un 2020 extremadamente húmedo puede haber provocado una resuspensión de cantidades significativas de sedimentos y nutrientes del suelo, lo que ha promovido un crecimiento de algas sin precedentes.
Davide afirmó: "Se prevé que el sur de África se vuelva más seco y más cálido debido al cambio climático y, como resultado, los pozos de agua de esta región probablemente estarán más secos durante más meses del año. Nuestros hallazgos apuntan a los posibles efectos negativos en la cantidad y calidad del agua, y las repercusiones catastróficas en los animales que esto podría tener".