La polución empeora el pronóstico de diabéticos, enfermos cardiacos, con EPOC o con patologías inflamatorias

Actualizado: lunes, 22 mayo 2006 19:30


MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -

Las personas con diabetes, fallo cardiaco, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide se encuentran bajo un mayor riesgo de mortalidad cuando se exponen a la contaminación atmosférica de partículas, u hollín, durante uno o más años. Esta es la principal conclusión de un estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos) que se ha hecho público durante la conferencia internacional de la Sociedad Torácica Americana.

El estudio examinó las bajas hospitalarias de personas con estos cuatro tipos de enfermedades que vivían en 34 ciudades entre los años 1985 y 1999. Los investigadores compararon esta información con las medias de 12 meses de PM10, un tipo de materia contaminante atmosférica que incluye partículas con un diámetro de 10 micrometros o una séptima parte de la anchura de un pelo humano.

El estudio descubrió que por un aumento de 10 microgramos por metro cúbico de PM10 durante dos años, el riesgo de mortalidad aumentó en un 32 por ciento en el caso de personas con diabetes; un 28 por ciento para aquellos con EPOC; un 27 por ciento para las personas con fallo cardiaco; y un 22 por ciento para aquellos con enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide o el lupus.

Esta investigación ayuda a validar los descubrimientos de estudios previos que muestran que la exposición a largo plazo a contaminación se asocia con una menor supervivencia en la población general. Los resultados de este estudio, que analizó los efectos de la polución sobre los adultos en seis ciudades en la década de los 70 y los 80, mostraron una fuerte correlación positiva entre los niveles de polución aérea y la mortalidad.

El estudio condujo a una revisión de los estándares de calidad del aire existentes por parte de la agencia estadounidense de protección ambiental. La investigación, publicada en 'American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine' en marzo de 2006, descubrió tras un seguimiento de ocho años una asociación entre las personas que viven más tiempo y ciudades con menores cantidades de materia de partículas finas en su aire.