LISBOA, 8 Feb. (EUROPA PRESS/Begoña P. Sánchez) -
El Gobierno portugués procedió hoy al cierre de las compuertas de
la presa de Alqueva, en el Alentejo (sureste del país), dando lugar a
un proyecto histórico, iniciado hace 45 años, que ha sido objeto de
las protestas de los ecologistas españoles y portugueses por su
fuerte impacto medioambiental.
El cierre de la presa, dos años después de lo previsto, cederá
espacio al mayor lago artificial de Europa situado en el tramo
internacional del río Guadiana, con un tamaño de 250 kilómetros
cuadrados, de los que 35 afectarán a la provincia de Badajoz, en los
municipios de Alconchel, Cheles, Olivenza y Villanueva del Fresno.
La inaguración de esta obra, presidida por el primer ministro
António Guterres, sirvió para iniciar las primeras pruebas técnicas
de seguridad de la presa, de 96 metros de altura, que permitirán la
realización del llenado hasta las cotas 115 y 130.
En su último gran acto oficial antes de abandonar la jefatura del
gobierno, Guterres defendió el proyecto al considerar que representa
"un símbolo del Portugal moderno, de su capacidad de realización de
su voluntad de superar obstáculos, de construir un futuro de
prosperidad para todos", al referirse a la revolución agrícola que el
embalse supondrá para el Alentejo, una de las regiones más secas de
Europa.
Al acto de inaguración de la presa de Alqueva asistieron
autoridades del Gobierno de Extremadura, de los municipios pacenses
afectados, de la Diputación de Badajoz y de la Confederación
Hidrográfica del Guadiana, entre otros.
La ceremonia también contó con la presencia de manifestantes de
organizaciones ecologistas, que consideran "precipitado" el cierre de
las compuertas ante la ausencia de información sobre el programa del
llenado del embalse, que debería haber sido dirigida a la Comisión de
Acompañamiento Medioambiental del proyecto, de la que forma parte
este colectivo.
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(EUROPA PRESS)
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