UNIVERSIDAD DE COPENHAGUE
MADRID 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de investigadores ha logrado, por primera vez, reunir piezas del genoma humano de un aborigen australiano. Los resultados, publicados en la revista Science, reinterpretan la prehistoria de nuestra especie.
Al secuenciar el genoma, los investigadores demuestran que los aborígenes australianos descienden directamente de la expansión humana temprana en Asia que tuvo lugar hace unos 70.000 años, por lo menos 24.000 años antes de los movimientos de población que dieron origen a los actual europeos y asiáticos. Los resultados implican que hoy en día los aborígenes australianos, de hecho, son los descendientes directos de las primeras personas que llegaron a Australia hace nada menos que 50.000 años.
El estudio se ha derivado de un mechón de pelo donado a un antropólogo británico por un aborigen de la región de Goldfields, en Australia Occidental, a principios del siglo XX. Cien años más tarde, los investigadores han aislado el ADN de este mismo pelo y lo utilizan para estudiar la genética de los primeros australianos y para proporcionar una visión de cómo se dispersaron por el mundo los primeros seres humanos.
El genoma, que se ha constatado que no tiene aporte genético de los australianos modernos europeos, revela que los antepasados de los aborígenes se separaron de los de otras poblaciones humanas hace entre 64.000 y 75.000 años. Los aborígenes australianos por lo tanto, descienden directamente de los primeros exploradores modernos, la gente que emigró hacia Asia antes de llegar finalmente a Australia hace unos 50.000 años. En esta muestra, el estudio establece los aborígenes australianos como la población con la más larga asociación con la tierra en la que siguen viviendo en la actualidad.
La historia de los aborígenes australianos juega un papel clave en la comprensión de la dispersión de los primeros humanos al salir de África. La evidencia arqueológica establece la presencia de humanos modernos en Australia hace unos 50.000 años, pero este estudio re-escribe la historia de su viaje de ida.
Anteriormente, la teoría más aceptada era que todos los humanos modernos derivan de una única onda que desde África alcanzó Europa, Asia y Australia. En ese modelo, los primeros australianos se separaron de una población de origen asiático, ya separada de los ancestros de los europeos.
Sin embargo, este estudio demuestra que cuando los antepasados de los aborígenes australianos comenzaron su particular viaje, los antepasados de los asiáticos y los europeos aún no se habían diferenciado de los demás. Una vez que lo hicieron, unos 24.000 años después de que los primeros australianos comenzasen sus exploraciones, los asiáticos y los restos de los australianos ancestrales se mezclaron por un período de tiempo.
El estudio tiene implicaciones para la comprensión de cómo nuestros ancestros humanos se movieron en todo el mundo. Hasta ahora, el genoma humano antiguo sólo había sido obtenido de pelo conservado en condiciones de congelación.
Los investigadores han demostrado ahora que el pelo conservado en condiciones mucho menos ideales puede ser utilizado para la secuenciación del genoma, sin riesgo de contaminación de humanos modernos que es típico en los huesos y dientes. A través del análisis de colecciones de museo, y en colaboración con grupos de descendientes, los investigadores ahora pueden estudiar la historia genética de muchas poblaciones indígenas del mundo, incluso cuando los grupos se hayan mudado recientemente sobre o se hayan entremezclado.