FRANKFURT, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
Especialistas de la Agencia Espacial Europea (ESA) están diseñando el motor controlable más pequeño nunca concebido, para ser enviado al espacio, con suficiente sensibilidad como para contrarrestar la fuerza de los rayos solares.
Con un tamaño de sólo 10 centímetros y la emisión de un débil resplandor azul mientras funciona, el Field Emission Electric Propulsion (FEEP) es un motor que produce un empuje euivalente al de la caída de un pelo. Pero a pesar de esta mínima potencia, la esxactitud de ese empuje y la capacidad de controlarlo es superior a la de los motores más poderosos, lo que supone un paso clave en futuras misiones de la ESA.
La mayoría de sistemas de propulsión se emplean para llevar un vehículo de un punto a otro, explica Davide Nicolini, del Departamento de Proyectos Científicos de la ESA, al cargo del proyecto FEEP. "Pero con este nuevo motor, el objetivo es mantener una nave espacial en una posición fija, compensando hasta las más mínimas fuerzas que puedan perturbar esta posición, de forma que ningún otro motor lo ha conseguido hasta ahora".
Observar cómo los objetos se comportan cuando quedan al margen de cualquier influencia externa es una ambición histórica de los físicos, pero resulta imposible conseguirlo dentro del campo de gravedad terrestre.
Una misión prevista para el próximo decenio, la LISA Pathfinder, volará 1,5 millones de kilómetros hasta un área del espacio denominada 'Lagrange Point 1, donde las gravedades del Sol y de la Tierra se neutralizan entre sí, de forma que el comportamiento de un par de objetos allí ubicados flotando libremente podrá ser seguido de forma precisa. Sin embargo, para separar el experimento completamente del resto del Universo, deberán reducirse las perturbaciones, fundamentalmente la sprocedentes de la presión ejercida por la propia luz del Sol.
El nuevo pequeño motor, alimentado por cesio líquido, servirá para compensar esas perturbaciones de forma exacta.
