HOUSTON 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
La investigación de la bacteria de la salmonella realizada en dos misiones recientes de la NASA ha descubierto elementos clave spobre las causas potenciales de esta enfermedad, que abren líneas para mejorar la lucha contra las infecciones causadas por alimentos en mal estado.
La salmonella es la principal causa de intoxicación alimentaria y enfermedades relacionadas, y sólo en Estados Unidos se producen anulamente unos 40.000 casos,.
"Esta investigación abre nuevas vías que pueden mejorar el tratamiento de los alimentos, desarrollar nuevas terapias y vacunas para combatir las intoxicaciones alimentarias y proteger a los astronautas en órbita de las infecciones", declaró Julie Rbinson, científica del Centro Espacial Johnson en Houston adscrita a investigación en la Estación Espacial Internacional (ISS).
Los experimentos con la salmonella fueron realizados en misiones del transbordador espacial a la ISS en septiembre de 2006 y marzo de 2008. En el primer caso, los científicos pudieron identificar un interruptor molecular que controla la respuesta de la bacteria al vuelo espacial, de una manera única no observada en investigaciones en la Tierra, y que la convertía en más virulenta. El experimento de 2008 confirmó estos resultados y demostró que un cambio en el entorno de crecimiento de la bacteria controla su virulencia. No había evidencias de que la bacteria cultivada en el espacio mantuviera esos efectos durante largos periodos a su retorno a la Tierra. Además, se comprobó que un ajuste en el contenido iónico del ambiente de la bacteria podría neutralizar la mayor virulencia causada por la ingravidez espacial.
Este experimento espacial ayudó a los investigadores a mostrar que una fuerza mecánica conocida como 'corte de fluido' --el movimiento de un fluido que las células cuando éste pasa sobre su superficie--, podría tener un efecto determinante en el potencial tóxico de la salmonella.
Condiciones menores de 'corte de fluido' se encuentran tanto en la microgravedad como, curiosamente, en el intestino humano. La bacteria cultivada en el espacio era más virulenta, y el esztudio, dirigido por Cheryl Nickerson, del Instituto de Biodiseño de la Universidad de Arizona State, mostró que modificando el medio en que las células son cultivadas, la virulencia puede ser reducida y hasta anulada.
Dicho de otro modo, el vuelo espacial es capaz de engañar a la bacteria haciéndo 'pensar' que se encuentra en un entorno parecido al del intestino, lo que activa el incremento de su virulencia. Cambiando la química del medio en que la bactería se cultiva, este efecto queda revertido. "Que sepamos, nadie había analizado hasta ahora una fuerza como el 'corte de fluio' en relación a las propiedades de un microorganismo causante de enfermedades durante el proceso de infección", afirmó Nickerson, en declaraciones difundidas en la web de la NASA.