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MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
Parásitos genéticos invadieron el genoma de los mamíferos hace más de 100 millones de años cambiando radicalmente la forma en que los mamíferos se reproducen mediante la transformación de la matriz de los ancestros de los seres humanos y otros mamíferos, según un nuevo estudio de la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Los hallazgos, publicados en la revista 'Nature Genetics', describen con detalle los cambios moleculares que permitieron a los mamíferos llevar a sus crías en desarrollo dentro de la matriz, en lugar de colocarlos en nidos o llevarlos en bolsas como los marsupiales.
"En las últimas dos décadas ha habido cambios dramáticos en nuestra comprensión de cómo funciona la evolución", afirma el profesor de Ecología y Biología Evolutiva y autor principal del artículo, Gunter Wagner.
Así, explica que, hasta la fecha, se entendían los cambios a través de pequeñas mutaciones en el ADN que se habían acumulado en el tiempo. "En este caso nos encontramos con una enorme operación que alteró amplias zonas del genoma para crear grandes cambios morfológicos", añade.
El equipo de Yale analizó células que se encuentran en el útero y están asociadas al desarrollo de la placenta. De hecho, se comparó la composición genética de estas células en zarigüeyas -- marsupiales que dan a luz dos semanas después de la concepción -- con células de armadillos y seres humanos; mamíferos con una placenta muy desarrollada que nutre a los fetos en desarrollo durante nueve meses.
EL 'ADN BASURA'
Los investigadores encontraron más de 1.500 genes que se expresan sólo en el útero de los mamíferos placentarios. Curiosamente, la expresión de estos genes en el útero es coordinada por los 'transposones', unos elementos genéticos capaces de moverse de manera autosuficiente por el ADN y que antes se les llamaban 'ADN basura'.
"Los 'transposones' crecen como parásitos que han invadido el cuerpo, se multiplican y ocupan espacio en el genoma, pero también activan o reprimen genes relacionados con el embarazo ", explica el científico de investigación y coautor del artículo, Vincent J. Lynch.
Según Lynch, "estos 'transposones' no son genes sometidos a pequeños cambios durante largos períodos de tiempo, son más bien como elementos prefabricados reguladores que se instalan en el genoma del huésped y luego se reciclan para llevar a cabo funciones completamente nuevas como, por ejemplo, facilitar la comunicación materno-fetal.