La NASA trabaja en nuevos sistemas de frenado para aterrizar en Marte

Actualizado: lunes, 11 junio 2012 21:19

MADRID, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -

Viajar 482 millones de kilómetros a través del espacio profundo para llegar al planeta Marte es difícil; aterrizar allí con éxito es aún más difícil. El proceso de entrar en la atmósfera del planeta rojo y la desaceleración antes del aterrizaje han sido descritos como "siete minutos de terror".

Durante los primeros cuatro minutos de la entrada, la fricción con la atmósfera de Marte frena considerablemente la velocidad de una nave espacial. Pero al final de esta fase, el vehículo está todavía viajando a más de 1.600 kilómetros por hora, sólo 100 segundos antes de aterrizar. Las cosas tienen que suceder rápidamente. Un paracaídas se abre para frenar la nave hasta una velocidad de alrededor de 322 kilómetros por hora, pero hay solo quedan 90 metros para llegar al suelo.

A partir de ahí, la nave puede usar los retrocohetes para ofrecer un aterrizaje suave en la superficie, o bolsas de aire para amortiguar el impacto de una caída libre o una combinación de los cohetes y las correas de sujeción para bajar un rover a la superficie.

Las cargas de aterrizaje suficientemente grandes como para que los seres humanos mantengan su supervivencia en el planeta rojo todavía están más allá de nuestra capacidad. El diseño del paracaídas mismo desarrollado para las misiones Viking en la década de 1970 ha sido utilizado para todas las misiones estadounidenses a la superficie de Marte, incluyendo el rover Curiosity que aterrizará en agosto de este año. Para llevar a cabo misiones de exploración avanzados en el futuro, sin embargo, la NASA debe avanzar en la tecnología de la desaceleración a un nuevo nivel de sofisticación.

"Ahora hemos superado esa capacidad y la necesidad de desarrollar un paracaídas más grande que permita una carga útil más grande", dijo Mark Adler, director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, California

Se trabaja en un desacelerador supersónico de baja densidad, un ambicioso desarrollo de tecnología y demostración que no se ha intentado desde antes de las misiones Viking a Marte en la década de 1970. El proyecto pondrá a prueba los desaceleradores inflables y paracaídas avanzados.