MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las neuronas individuales de la corteza táctil utilizan sofisticadas operaciones de cálculo estadístico para ajustar la sensibilidad del tacto al entorno, según se desprende de los resultados de un estudio liderado por el investigador del Instituto de Neurociencias del CSIC en Alicante, Miguel Miravall.
Para comprobar sus investigaciones, según informó hoy este organismo en un comunicado, los autores se basaron en el sistema táctil de las ratas, los bigotes, que tienen una capacidad para discriminar texturas parecida a la que tiene el ser humano con la punta de los dedos. No obstante, el estudio registró las respuestas de las neuronas de ratas vivas a vibraciones controladas, inducidas por un estimulador mecánico, que podían variar de forma rápida o lenta. De esta manera, los investigadores creaban diferentes contextos, determinados por la distribución de esas vibraciones, que cambiaba cada pocos segundos.
El resultado fue observar que las neuronas generan una respuesta mayor, es decir, se muestran más sensibles, cuando la vibración se presenta en un contexto con pequeñas variaciones; esto es, que la sensibilidad táctil guarda una relación inversamente proporcional a la intensidad del contexto. Según explicó Maravall, la adaptación ayuda a que el sistema visual evite saturarse "cuando salimos de una habitación a oscuras en un día soleado", porque hace que las neuronas se vuelvan menos sensibles a intensidades luminosas altas.
Los autores comprobaron además que las neuronas compensan de manera exacta sus respuestas. Por ejemplo, en un contexto con vibraciones el doble de grandes que otro, sería necesaria una vibración también el doble de grande para provocar la misma respuesta neuronal que en el pequeño.
En definitiva, según Maravall, el estudio demuestra cómo las neuronas son capaces de normalizar el valor del estímulo de acuerdo al contexto en el que éste ha aparecido, y ajustan con exactitud su respuesta "como si de una división matemática se tratase".