El reloj interno de las plantas mejora las predicciones sobre cambio climático, según un proyecto de la UCLM

Europa Press Ciencia
Actualizado: lunes, 6 julio 2009 15:43

TOLEDO 6 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un proyecto internacional liderado por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha puesto de manifiesto que el reloj interno de las plantas --o reloj circadiano-- puede mejorar las predicciones sobre el cambio climático ya que se trata de un mecanismo genético presente en la mayoría de los organismos que permite anticipar el paso de las horas y actúa como el coordinador central del metabolismo de la planta.

El profesor de la Facultad de Ciencias del Medio Ambiente de Toledo y coautor del estudio junto a los investigadores de la Universidad de Liverpool James Hartwell y Anthony Hall, indica que "hasta el 90 por ciento de los genes de una planta se activan o se apagan a lo largo del día en función de la hora que sea a causa de esta regulación circadiana".

Según informa UCLM en nota de prensa, tras recopilar y analizar la información existente sobre las implicaciones ecológicas de esta regulación circadiana, los científicos llegaron a la conclusión de que el reloj interno puede mejorar las predicciones sobre cambio climático.

"La regulación circadiana está detrás de los ritmos diarios observados en la absorción de dióxido de carbono a través de la fotosíntesis, lo cual repercute sobre los modelos climáticos actuales donde la regulación circadiana no ha sido incorporada", explica Resco.

El profesor añade que "el reloj también puede ser relevante para predecir la supervivencia, crecimiento, floración y distribución de las plantas ante un clima cambiante, así como para desarrollar variedades agrícolas resistentes a los aumentos de temperaturas que acontecerán durante este siglo", además de comentar que la alta plasticidad y capacidad de adaptación del reloj pueden ser importantes para que las plantas sobrevivan y crezcan bajo un clima cambiante.

El Área de Ecología de la UCLM continúa trabajando en esta línea de investigación desde las instalaciones de la finca toledana de Quintos de Mora, donde tienen varias torres de flujos de dióxido de carbono.

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