MADRID 27 Jun. (EUROPA PRESS) -
Se ha tardado año y medio, más de 90 maniobras en órbita, y
-maravillosamente- muchos impulsos gravitacionales y sólo un poco de combustible para mover dos naves de su órbita alrededor de la Tierra a su nuevo hogar alrededor de la luna.
A lo largo de su viaje, estas naves han viajado a través de órbitas que nunca se habían intentado y han trazado hermosos arabescos de una órbita a otra. Este verano, las dos naves ARTEMIS
--que comenzaron su andadura como parte de la misión de cinco naves de la misión THEMIS para estudiar las auroras de la Tierra--, pasarán a orbitar la Luna.
A pesar de las décadas de experiencia en mecánica orbital de la NASA, este viaje no fue fácil. Requirió varias maniobras nunca antes intentadas, incluso de varios meses, cuando cada nave se movió en una trayectoria con forma de riñón a cada lado de la Luna, alrededor de un punto gravitacional en el espacio que no estaba marcado por ningún planeta u objeto físico.
"Nadie había intentado esta órbita antes, es una órbita de libración Tierra-Luna", dice David Folta, un ingeniero de dinámica de vuelo del NASA Goddard Space Flight Center. "Es una órbita muy inestable que requiere atención diaria y ajustes constantes", señaló.
El viaje de ARTEMIS (abreviatura del inglés traducido como Aceleración, Reconexión, Turbulencia y Electrodinámica de la Interacción de la Luna con el Sol) se inició en 2009, después de que THEMIS completará cerca de dos años de recopilación de datos sobre el medio ambiente magnético alrededor de la Tierra, la aurora, y cómo estos fenómenos se ven afectados por el sol.
Debido a que se encuentran justo afuera de la magnetósfera de la Tierra, los puntos de Lagrange son lugares excelentes para estudiar el viento solar. Los sensores ubicados a bordo de las sondas ARTEMIS tendrán acceso in situ a las corrientes del viento solar y a las nubes de tormenta que se aproximen a nuestro planeta _una posible bendición para quienes pronostican el tiempo espacial. Además, trabajando desde puntos de Lagrange opuestos, las dos naves espaciales podrán medir la turbulencia en el viento solar a escalas nunca antes logradas por misiones que se llevaron a cabo previamente.
Desde su nueva ubicación, "ARTEMIS nos dará un nuevo entendimiento fundamental del viento solar", predice David Sibeck, científico del proyecto en Goddard para Vuelos Espaciales.
También explorará la estela de plasma de la Luna, que es la cavidad turbulenta producida en el viento solar por la Luna misma, similar a la estela que deja atrás una lancha. Sibeck dice: "Esto es un laboratorio natural gigantesco, repleto de todo un zoológico de olas de plasma que aguardan ser descubiertas y estudiadas".