MADRID 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un gran esfuerzo internacional para apagar las señales de radio que han venido interfiriendo el trabajo del satélite SMOS de la ESA está produciendo una notable mejora en la calidad de los datos de la misión, dedicada a estudiar la humedad en el suelo y la salinidad en el mar.
El SMOS (Soil Moisture and Ocean Salinity) fue lanzado a finales de 2009 para mejorar nuestra comprensión del ciclo del agua.
El satélite lleva un radiómetro pasivo que opera en el rango de frecuencias 1400-1427 MHz (banda L) del espectro electromagnético. Captura instantáneas de temperatura que corresponden a la radiación de microondas emitida por la superficie terrestre.
A partir de esta información, se deduce la cantidad de humedad en las capas superficiales del suelo y la salinidad en las aguas superficiales de los océanos.
De acuerdo a las regulaciones de radio establecidas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la banda de 1400-1427 MHz está atribuida a la exploración de la Tierra por Satélite, la investigación espacial y la astronomía de radio, por lo que otras transmisiones en esta banda están prohibidos.
Sin embargo, poco después de que SMOS se puso en marcha, los datos revelaron que había muchas señales que se transmitían dentro de esta banda protegida, haciendo que algunos de los datos quedasen inutilizables para fines científicos. Asi, la misión no ha sido claramente capaz de alcanzar su pleno potencial debido a que grandes cantidades de datos han tenido que ser desechados. Las zonas más afectadas se encuentran en el sur de Europa, el sur y el este de Asia y Oriente Medio.
Para garantizar la integridad de la misión, la ESA ha realizado un esfuerzo considerable para investigar exactamente de dónde provienen las interferencias e instar a las autoridades nacionales a tomar medidas. Resultó que la interferencia se debe a las señales ilegales que se transmiten en la banda de protección y otras señales de bandas adyacentes que se filtran a la zona protegida.
Las investigaciones han revelado que la mayoría de los problemas que se derivan de los transmisores no autorizados en la banda de protección proceden de enlaces de radio y televisión y otros sistemas como emisiones de radar de vigilancia aérea y radiolocalización.
Hasta la fecha, 387 fuentes distintas de las interferencias se han detectado en todo el mundo, sobre todo de Asia y Europa.
Como resultado de las estrategias de la ESA, que incluyó el desarrollo de una forma de detectar una fuente dentro de tan sólo 5 kilómetros, 90 de estos transmisores se han apagado. La mayoría de estos se encontraban en Europa, pero las investigaciones continúan en más de 35 países en todo el mundo.
Otro problema son los sistemas de radar en América del Norte, que están contaminando amplias zonas de los datos de los océanos del norte. Sin embargo, las administraciones implicadas están planeando para la renovación de algunos de estos sistemas después del verano.
Aunque ha habido una gran mejora en la calidad de los datos de SMOS, la ESA va a continuar sus esfuerzos, especialmente en el Cercano y Medio Oriente, China y el sur de Asia.
Los esfuerzos para reducir la interferencia de radio frecuencia también se beneficiarán otras misiones la realización de radar de banda L, como el nuevo satélite de la NASA Acuario, que inició el 10 de junio una misión para medir la salinidad de los océanos.