Galicia, 14 de febrero de 2017.- El negocio de las ferreterías históricamente había sido bastante rentable en gran parte de España. Si bien, encontraba en Galicia su hábitat perfecto, algo así como su biotopo ideal. Esta comunidad autónoma se ha caracterizado por la prestación de amplios servicios de ferretería durante décadas, con multitud de empresas compitiendo por fidelizar a un cliente que, hasta hace algún tiempo, tenía un gran ramillete de opciones para decantarse.
Solo han sobrevivido con íntegras garantías las organizaciones más competitivas y mejor estructuradas, tal es el caso de la ferretería Hijos de CV Otero y sus más de 125 años de historia
El periodo de bonanza que experimentaron estos negocios durante la segunda mitad del siglo pasado, así como el primer lustro de este, se ha chocado con una nueva tesitura. Ya saben que los mercados cambian, evolucionan, y que lo que ayer podría ser vanguardista, mañana puede perfectamente ser obsoleto. No es el caso de este sector, que explica su descenso en ventas y márgenes de actividad, en gran medida por la progresiva desaparición de sus más humildes y medianos negocios, sobre todo ubicados geográficamente en pueblos, absorbidos por la vorágine económica que se desató con la Crisis, que todavía no nos ha abandonado, y por la implantación de monstruosas superficies que han eclipsado a estos negocios tradicionales que, en algunos casos, gozan de varias décadas de antigüedad y desempeño.
No pocos ferreteros han pagado severamente el hecho de que el “boom” de la construcción haya pasado, y tratan de salvarse ofreciendo un tratamiento diferenciado y personalizado al cliente. En una situación tan desfavorable para muchas pymes, solo han sobrevivido con íntegras garantías aquellas organizaciones más competitivas y mejor estructuradas, tal es el caso por ejemplo de la ferretería Hijos de CV Otero y sus más de 125 años de historia. Se trata de la primera ferretería que comercializó herramientas en territorio gallego.
Actualmente, ante la complicada conjetura, ha diversificado su actividad, evolucionando de sobremanera hacia un modelo de negocio que cuenta con la exportación como un valedor fundamental para subsistir. Sudamérica se ha convertido en un destino fiable y de valor añadido para la empresa, que cuida meticulosamente sus exportaciones al otro lado del charco. Fue fundada en 1887 por Manuel Villaverde Varela, y hoy se ha convertido en una de las más punteras y principales compañías de distribución de artículos de ferretería y suministros industriales.
Desde la organización, se afanan en brindar un servicio íntegro en la materia, ofreciendo productos de calidad a sus clientes y en concordancia con la situación del mercado actual. Para ello, hacen bien en no descuidar el ámbito humano de la organización; es decir, los recursos humanos. Y de hecho, estiman que, sin esta capacitación constante de su personal, sin esa formación permanente, no podrían permanecer en una situación de posicionamiento y liderazgo comercial envidiable. Sería poco viable generar un crecimiento basado en la rentabilidad a largo plazo. Sin duda, la experiencia es un grado.
Pero el éxito para una empresa de este tipo debe estar basado en otros pilares, en una 'macedonia' de variables. Una permanente innovación, fomentar el trabajo en grupo o la promoción de transparencia, son algunos aspectos cuidados especialmente por la compañía.
Remontar supone todo un reto para un sector venido a menos, incluso en un territorio históricamente nada hostil como Galicia. No obstante, los tiempos cambian y esperamos que el buen hacer de las organizaciones, junto con el esperado repunte de la economía, den la vuelta a una situación complicada en los días que corren.
Para más información:
Hijos de CV Otero
Teléfonos: 981.58.52.10/ 981.58.61.39
Email: hcvotero@hcvotero.es
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