Actualizado 12/02/2018 09:19
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Cómo evitar hacer el ridículo con las traducciones

PIXABAY
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El uso de aplicaciones automatizadas de traducción de idiomas puede generar errores frecuentes y graves, dañando la imagen de la empresa o institución responsable

Madrid, 12 de febrero de 2018.- Vender turísticamente el flamante Centro Botín de Santander como Centro de PIllaje. O traducir las señales turísticas de una ciudad poniendo el mismo texto con erratas gramaticales. Estos son solo dos ejemplos del daño que puede hacer el uso de las herramientas de traducción de idiomas automatizados cuando hay que hacer una traducción profesional. Algo que se puede evitar de un modo muy sencillo con la contratación de una Empresa de traducción.   

Y es que el uso de estas aplicaciones tiene sus limitaciones. Unas limitaciones que residen, precisamente, en la propia tecnología que utilizan para llevar a cabo la traducción automática. En concreto, estos sistemas de traducción automática están basados en un algoritmo generado a raíz de enormes cantidades de datos, palabras y frases con los que la inteligencia de estos sistemas trata de buscar patrones para llevar a cabo estas traducciones.

Sin embargo, estos patrones no tienen en cuenta otros factores tan importantes como el contexto o el uso idiomático del lenguaje que se hace en cada lugar. Estos dos factores, que son los que hacen viva una lengua, no son tenidos en cuenta por herramientas con Google Translator, lo que puede dar lugar a situaciones embarazosas como la que le ha pasado al Ayuntamiento de Turismo de Santander con la presentación de su portal turístico oficial. Una web cuya traducción ha sido realizada directamente con Google Translator sin realizar ningún trabajo de revisión y edición.

Sobre el caso concreto de Santander, desde la empresa de traducción Trágora explican que la utilización de este tipo de herramientas puede ser útil para resolver dudas urgentes, saber de qué trata un tema que leemos en internet o para buscar cómo preguntar algo en algún idioma en concreto. Sin embargo, para hacer un trabajo profesional no se puede confiar en estos traductores, ya que carecen de cualquier tipo de análisis de contexto y son muy literales a la hora de traducir los textos, explican desde Trágora.

En esta línea, los textos que se traducen con estas herramientas carecen de linealidad y la mayoría de las veces no transmiten el sentido original del texto introducido. Estos traductores no están capacitados hoy en día para comprender los localismos o las frases hechas, por lo que utilizarlos en un trabajo profesional es muy arriesgado, alertan desde esta empresa.   

Por ello, los responsables de esta empresa especializada en la traducción de textos recomiendan contratar a profesionales que, al menos, estén capacitados para revisar los textos traducidos por estas herramientas. No contar con profesionales es una amenaza que las entidades o empresas no pueden permitirse porque si el error es gordo, además de poder herir la sensibilidad de personas, también muestra una imagen poco profesional de cara al público, opinan.   

Y es que si no estás dispuesto en invertir en tu imagen significa que la calidad no es una de tus prioridades. Sin embargo, el caso de Santander no es el único que se ha dado por no utilizar a traductores profesionales. De hecho, uno de los casos más memorables que se recuerda fue el del anuncio de la celebración en As Pontes del festival del clítoris, una publicidad que vendió en su anuncio en inglés que el clítoris es uno de los productos típicos de la cocina gallega.

   

Adaptarse al registro

Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de utilizar estos traductores automatizados es la ausencia de capacidad que tienen para adaptarse a un registro u otro. Y es que el tono que se utiliza es muy diferente en una situación o en otra, por lo que confiar en una máquina este trabajo es un riesgo muy elevado.   

Además del daño en la imagen, el coste económico también puede ser elevado. Muy elevado. Es el caso de lo que le sucedió al Ayuntamiento de Sevilla, municipio que llegó a instalar la señalética turística de la ciudad con traducciones en inglés con textos en castellano. Es decir se repitieron los textos. Además, otras traducciones eran erróneas como, por ejemplo, la que rezaba La Macarena Basilica.

En este caso, el coste de la instalación de la señalética ascendió a los 100.000 euros, por lo que cambiarlos o modificarlos, en caso de que se lleve a cabo, podría incrementar aún más el coste de esta inversión.

   

Empresa: OlimpoMarketing

Autor: Pedro Fernández

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