Mindfulness, la revolución que ayuda a reducir el estrés laboral, explicada en tres experiencias personales.
· La autora de este artículo, la psicóloga y coach Eva Herber, del Instituto Europeo de Psicología Positiva, dice: “Me encanta acompañar a las personas en su trance de descubrir y desarrollar las fortalezas que les permiten superar los obstáculos que nos separan de una vida más plena.
Aparte de los cambios a nivel estructural del cerebro, el mindfulness también implica practicar ciertas actitudes a nivel psicológico. Si al meditar en las sensaciones de la respiración el practicante observa una respiración agitada, la practica prescribe no influir en ella, practicando la aceptación de lo que es. Si observa que los pensamientos le distraen cada 10 segundos de la respiración, no debe juzgarse por ello, sino simplemente redirigir la atención a la respiración una y otra vez. Las actitudes predominantes en el mindfulness son la amabilidad, la aceptación y la ausencia de juicio. La práctica repetida de esas actitudes en la meditación lo largo el tiempo influye y moldea nuestra actitud ante la vida misma.
Martina, una administrativa en una empresa afectada por varios EREs relata su experiencia con el mindfulness. “Llevaba años con estrés y ansiedad que me llevaba a coger una baja tras la otra. Aprender a prestar atención al momento presente en atención plena me ha cambiado profundamente. Cuando ocurren injusticias en mi alrededor, sé percibirlas con perspectiva y el estrés ya no me llega tanto. Es como si pasara a través de mí sin dejar tanta huella. He podido tomar una distancia que hoy me ayuda en mi transición a otro puesto de trabajo, porque me he dado cuenta de que, aunque yo sepa manejar mejor mis reacciones, ya no quiero quedarme en éste ambiente. E incluso he llegado a aceptar que mi proceso de cambio profesional es más lento de lo que me gustaría.”
Para Martina, la práctica de las actitudes del mindfulness, sobre todo la aceptación, le permitió tomar distancia y ver que no podía cambiar la situación de la empresa, pero sí su repuesta ante ella. Además, la mayor amabilidad que tiene consigo misma le permite darse el tiempo que necesita para encontrar un trabajo diferente, en vez de juzgarse por no haberse marchado antes.
A Cristian, director de una empresa de servicios de diseño web, el Mindfulness le ayudó a superar una crisis personal con su trabajo, porque le abrió un espacio para poder escucharse a sí mismo. “Me sentí personalmente responsable por la falta de resultados de la empresa, y me quería marchar, sin saber muy bien por qué me sentía tan mal. Todo el mundo me decía que no era culpa mía, que estaba haciendo un gran trabajo. A través de la observación a diario de lo que me pasaba personalmente detecté mi tendencia a la autocrítica dura y aprendí a diferenciar entre la responsabilidad que era realmente mía, y las cosas que estaban fuera de mi control. Me ha aportado mucha tranquilidad y claridad. Hoy es mucho más fácil para mí afrontar los problemas sin esa ansiedad gratuita que sentía todo el rato.”
Los ejemplos de Carlos, Martina y Cristian nos ayudan a entender el vínculo entre el mindfulness y la reducción de la ansiedad y el estrés en el trabajo. La ansiedad es una reacción emocional en las que percibimos una amenaza a nuestra integridad física o psicológica. Si se prolonga en el tiempo aparece el estrés que puede llegar a minarnos física y psicológicamente. El ámbito laboral tiene un riesgo especial de convertirse en un campo de minas de amenazas, porque es una fuente importante de identificación y seguridad personal. Las amenazas percibidas más comunes son las sensaciones de no llegar a todo y de no estar a la altura, el miedo de no generar resultados y la necesidad de mostrarse de su lado más favorable y profesional para ser aceptado.
· El mindfulness es tan poderoso porque nos permite trasformar nuestra respuesta a las situaciones estresantes inevitables de la vida.
Al observar nuestras reacciones con la distancia de un observador, creamos un colchón de protección emocional que nos permite transitar momentos de altas demandas con más perspectiva y tranquilidad. Igualmente, ayuda a darnos cuenta cómo nuestros pensamientos influyen directamente en nuestra percepción de la realidad y de allí en nuestro estado de ánimo. Y es allí donde aparece nuestra verdadera capacidad de salir del patrón reactivo y a veces destructivo de nuestra mente.
Victor Frankl se refería a esa misma capacidad cuando dijo una de sus frases más conocidas e inspiradoras:
“Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de elegir nuestra respuesta. En esa respuesta yace nuestro desarrollo y nuestra libertad.”
¿Y tú? ¿Sabes identificar los momentos en los que aparece en tí la sensación de ansiedad y estrés? ¿Puedes detectar esas sensaciones, observarlas y ponerlas en perspectiva en el momento que aparecen? ¿Puedes permitirte sentirlas sin necesidad de evitarlas o controlarlas de alguna forma? Si es que no, hay un cierto riesgo de que tus reacciones emocionales te sorprendan y te arrastren, dejando que tu piloto automático tome el control.
Si te apetece abrir ese espacio entre estímulo y respuesta para sentirte más conectado con el momento presente y a la vez más libre en tus respuestas ante la vida, iniciar una práctica de mindfulness puede ser un muy buen punto de partida.
Te invito a que conozcas a los psicólogos expertos en mindfulness del IEPP para que en una orientación puedas decidir si este es un buen momento para ello.
EMISOR: IEPP