· La crisis ha dejado un extenso parque de naves industriales sin posibilidades de volver a tener un uso similar en mucho tiempo que otros sectores aprovecharán
Madrid, 20 de diciembre de 2016.- Las divisiones internas fijas en un espacio cubierto han de ajustarse a un uso específico que no va a cambiar mucho. Si estamos hablando de un espacio abierto para actividades culturales la cosa cambia. Cuanto más libre sea el espacio mejor. La calidad del suelo debe absorber el costo que en otras circunstancias estarían destinadas a las divisiones entre piezas.
Cuando el espacio es un recurso debe aprovecharse al máximo.
La inevitable adaptación a cada uso será la que vista y limite el espacio según el uso que se le va a dar. Una obra de teatro puede así elegir cómo se construirá el escenario con los elementos que le son propios. Y esa posición del escenario proyecta sobre el espacio restante la utilidad para las butacas o asientos de espectadores.
Las actuaciones musicales deben jugar con las propiedades acústicas del local. Si hay algún tipo de limitación para la llegada del sonido al exterior debe estudiarse detenidamente las medidas de aislamiento y el volumen máximo que puede alcanzarse en el interior para no crear problemas.
Como salón de actos el local debe permitir un despliegue de medios cómodo de sillas y un pequeño sistema de megafonía para llegar con igual intensidad a cualquier punto de la sala.
El hormigón impreso es un recurso de la construcción muy útil en estos casos pues permite trabajos de una gran plasticidad final. La ventaja principal es la imitación de otro tipo de materiales más nobles, y la rapidez y economía con que se instala.
Un suelo con un acabado en hormigón impreso puede prolongarse en el exterior del local con alternancia de espacios verdes. La funcionalidad que se le va a dar a un local aconsejará un tipo u otro. No suele ser el precio un factor que limite su empleo pues compite con suficiencia frente a otros tipos de materiales.
Reformas y retirada de materiales inservibles y peligrosos.
Las empresas de reformas conocen bien los cambios que materiales y técnicas de construcción permiten en el aspecto final de un local. La funcionalidad es el eje sobre el que se vertebran las actuaciones que se emprenden organizadas tras un proyecto.
Los detalles finales son los que más contribuyen a una imagen final del local. También el aprovechamiento del espacio se alcanza con el conocimiento de los elementos mínimos que deben implementarse y según establecer un buen equilibrio entre lo que es opcional y lo que no a la hora de llenar dicho espacio.
La experiencia de estas empresas de reformas permite salir satisfactoriamente de cualquier duda que surja en la ejecución del proyecto. Un buen resultado final se multiplica en cada día de uso del local.
Los restos de materiales que fueron el resultado de la función anterior asignada a la nave industrial pueden reciclarse en servicios de chatarrerías. Es un ahorro seguro de espacio, se eliminan espacios irregulares que atraen la suciedad y se asegura que no quedan restos de sustancias peligrosas para la salud o para el medio ambiente.
Una buena empresa de reformas sabe emplear una gran dosis de creatividad para dar nueva vida a un espacio. La satisfacción del resultado se aprecia en el éxito de la iniciativa que sigue en el mismo espacio de forma impecable.
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Empresa: OlimpoMarketing
Autor: Pedro Fernández