Actualizado 16/03/2018 10:11
- Comunicado -

Técnicas occidentales y orientales para tatuar

Brazo tatuado
PIXABAY

Madrid, a 15 de Marzo de 2018.-

Orígenes del tatuaje

Su origen concreto es totalmente desconocido. Muchos estudios y restos encontrados a finales del siglo XX en Siberia y el Delta del Danubio apuntan que las primeras manifestaciones se sitúan en los tatuajes para hombres euroasiáticos del Neolítico (hace más de 5.000 años).

Pero fue, posiblemente, a partir de la cultura egipcia, con los pigmentos de henna entre otros, cuando el tatuaje adquirió una mayor consistencia y raigambre social. No en vano, los tatuajes para mujeres en el Antiguo Egipto determinaban el estatus social de estas y muchas momias se marcaban con tatuajes para reivindicar el alto desempeño que había ejercido la persona en vida.   

A partir de aquí, culturas como la celta, la germánica o los aztecas consideraron el tatuaje como un símbolo de gran impronta. De los celtas, por ejemplo, procede el famoso árbol de la vida tatuaje. Hasta que el catolicismo, bien entrada la Edad Media, comenzó a prohibir los tatuajes como formas de expresión al considerarlos una mutilación al cuerpo heredado por Dios.

   

Hoy en día el mundo del tatuaje ha vuelto a convertirse en una expresión artística que cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Tanto es así que las técnicas, procedimientos y sistemas empleados para tatuar han evolucionado en gran medida en las últimas décadas.

De todas maneras, muchas de estas técnicas se han mantenido fieles a la tradición antigua. Aunque también se hallan sistemas modernos que cuentan con una gran cantidad de adeptos.

Técnica de tatuajes occidental

El origen de esta técnica hay que buscarlo en la Inglaterra posterior a la Revolución Industrial (finales del siglo XIX). Consistía en una máquina en la que se introducía una aguja en un tubo metálico. La aguja se sumergía en tinta y se iba clavando en la piel gracias a la acción de un pedal.

Las líneas principales del diseño y su delimitación se llevaban a cabo con una sola aguja. Sin embargo, para el relleno y el sombreado es necesario el empleo de varias agujas diferentes que se van introduciendo en la piel dependiendo de la profundidad que se requiera.

A partir de aquí derivan todas las técnicas modernas para tatuar que se emplean en la actualidad. Entre ellas se podrían citar la técnica de lineado, la técnica de coloreado, la técnica de sombreado o la técnica de letras. Con ellas se pueden hacer los clásicos tribales, tatuajes vikingos, dibujos de todo tipo, etc.

Se cree que el primer tatuador oficial conocido en Occidente fue Martin Hilderbrandt, tatuador de los dos bandos de la Guerra Civil Americana (1861 - 1865).

Técnica japonesa

El arte del tatuaje en Japón aún mantiene sus viejas raíces. Aquí la técnica se basa en un procedimiento meramente artesanal. No en vano, uno de sus principales protagonistas es la caña de bambú, en donde se introducen las agujas necesarias. En este caso, el mecanismo de perforación se lleva a cabo de forma manual, sin ningún tipo de máquina para ello.   

Es por esta razón por la que los tatuadores que emplean la técnica japonesa están considerados entre los más diestros en el mundo del tatuaje. El control de las agujas ha de ser muy minucioso. Y todo ello sin olvidar el proceso que hay que seguir para que las agujas se empapen bien de tinta.   

Técnica samoana

Samoa es un conjunto de islas del Pacífico que pertenecen a Oceanía. La técnica que procede de allí también se basa en rudimentos antiguos. Aquí se emplean dos herramientas fabricadas en madera con puntas talladas en hueso. La primera tiene un extremo en forma de rastrillo, mientras que la segunda golpea sobre la primera para hacer que esta se hunda en la piel.

En este caso, se requería la presencia de varias personas para una sesión de tatuaje. Uno de ellas era el tatuador, mientras que el resto se encargaba de tensar la piel del tatuado.

Técnica tailandesa

La tailandesa es una de las técnicas de tatuaje más antiguas que se recuerdan. Hasta el punto de que hoy en día apenas se utiliza. En realidad, tal y como su nombre indica, se empleaba únicamente en Tailandia y son muy pocos los que fuera de este país la han implementado.   

Esta técnica consistía en un tubo alargado y acabado en punta que se va clavando en la piel para introducir la tinta. El tatuador manejaba este tubo con una sola mano, mientras que con la otra estiraba y sujetaba la piel, además de mojar la punta del tubo en tinta. Una técnica, por tanto, que también requería de una amplia destreza y buen hacer.

   

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Autor: Pedro Fernández