ALICANTE, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Efectivos de la Guardia Civil detuvieron el pasado lunes en Torrevieja (Alicante) a tres individuos que presuntamente intentaron quitarle un bebé a sus padres, según informaron hoy en un comunicado fuentes de la Comandancia de Alicante.
Los detenidos, todos de nacionalidad lituana e identificados como M.N., de 19 años, N.R., de 30 años, y R.M., de 27, supuestamente intentaron arrebatar un bebé de corta edad del interior del vehículo en el que viajaba acompañado de sus padres y de otro familiar.
Estas personas, de nacionalidad marroquí, circulaban por el casco urbano de Torrevieja, cuando, al detenerse en una señal de stop en una avenida, tres de los cuatro ocupantes que viajaban en un turismo que circulaba detrás de ellos supuestamente se apearon y sin mediar palabra, abrieron la puerta trasera de su vehículo, uno de ellos cogió al bebé e intentó llevárselo.
Inmediatamente el padre del bebé y su primo, que viajaban en la parte delantera, sujetaron al niño para impedir que lo sacaran del coche. En ese momento, los otros dos individuos respondieron propinánsoles golpes violentos que les provocaron diversas lesiones, aunque finalmente depusieron su actitud y se marcharon del lugar a toda prisa, mientras que el cuarto individuo permanecía en el interior del otro coche con el motor en marcha.
Rápidamente, la Guardia Civil recabó toda la información posible y se difundió entre las patrullas en servicio, lo que permitió que los presuntos secuestradores fueran localizados al poco tiempo en el vehículo implicado, que circulaba por la N-332 dirección Cartagena (Murcia), ya a las afueras de Torrevieja.
De este modo, la Guardia Civil siguió al vehículo, que entró en una urbanización de la localidad. Así, la patrulla decidió intervenir para evitar que huyeran si se daban cuenta de habían sido descubiertos.
Finalmente, los agentes los detuvieron y los trasladaron al acuartelamiento de Torrevieja, donde "se mostraron en todo momento muy violentos, llegando a agredir a un componente del cuerpo, causándole lesiones de carácter leve". Mas tarde, dos de ellos golpearon las puertas de sus respectivos calabozos "provocando numerosos daños materiales, hasta el punto de tener que acudir un médico del servicio de urgencias de la localidad para administrarles un tranquilizante".
