El cantante de La Fúmiga, Àrtur Martínez, con el libro 'Havia de passar' - CARLES BARRIOS
VALÈNCIA, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Todas las historias tienen un inicio y un final, un esquema de composición que, en el caso de la banda de Alzira (Valencia) La Fúmiga, se inició con una fecha en mente: 2026. El año en el que el grupo se despedirá de los escenarios con dos grandes conciertos con los que reivindicar que la música en valenciano es de primer nivel y la necesidad de defender la lengua.
"A la música en valenciano le quedará siempre la vida que le quede a la nuestra lengua. Si de verdad tenemos un País Valencià que quiere cuidar su lengua, quiere hablarla, quiere seguir formando parte de nuestras vidas, la música estará siempre viva. La cosa es que los que están de arriba lo que pretenden es matar la lengua y si la matan, matarán la música", ha sostenido Àrtur Martínez, en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación de 'Havia de Passar' (Bromera), un libro donde el escritor Vicent Contrí hace una radiografía de fenómeno de La Fúmiga y de su aportación al panorama musical valenciano.
Para el vocalista de la formación, la historia de este grupo de amigos de Alzira comienza en la escuela de música y, más tarde, en una charanga, donde, "sin ningún tipo de previsión, ni ningún tipo de ambición de coger un camino u otro", las canciones les llevaron hacia un lugar en el que "la esencia de esa música de calle no se pierde sino que se convierte en otra cosa muy masiva y muy colectiva".
Sin embargo, tras más de diez años de trayectoria musical, dos discos de oro, más de 150 millones de reproducciones en Spotify, y 'sold out' en los dos conciertos de despedida, la banda ha conseguido consolidarse como uno de los grupos referentes de la música en valenciano.
"A nosotros nunca nos gusta ser representantes de nada y no somos personas que queremos tomar esas responsabilidades pero, si hemos conseguido llevar esa música de la calle y, de alguna manera dignificarla, serían los legados más bonitos que nosotros podríamos dejar", ha destacado.
En este sentido, el cantante ha reconocido que, aunque pueda parecer "muy romántico" o, incluso, "un poco peliculero", haber fijado una fecha para la despedida del grupo les ha ayudado a mantener "una energía muy fuerte en cada concierto" porque "aunque faltaran tres años para el final, tú sabías que eso algún día no estaría y que tenías que aprovechar cada momento que tuvieras para ser lo más feliz posible".
UN FINAL BONITO PARA UN GRUPO DE AMIGOS
"Pensar un final bonito para un grupo de amigos que ha tocado toda la vida juntos era algo que nos hacía muchísima ilusión", ha señalado Àrtur Martínez, que ha sostenido que, parte de esa decisión también tenía que ver con el miedo a que algún día se pudiera estropear la relación y que, aunque no ha pasado, cree que "hay veces que no se sabe cuando se va a romper el chicle".
Por ello, ha celebrado que el grupo pueda despedirse de los escenarios en un momento en el que todos los integrantes se sienten felices: "No se me ocurre mejor final tampoco: un libro que guarde tus recuerdos, unos conciertos de despedida muy bonitos en el País Valencià y Cataluña que nos permiten decir adiós de forma muy cercana. Si tuviera todos el dinero del mundo haría el mismo final, idéntico, no cambiaría nada", ha resaltado.
Respecto a los dos únicos conciertos de despedida que tendrán lugar en octubre de 2026 en el Sant Jordi Club de Barcelona y en el Roig Arena de València, el compositor ha puesto en relieve la gran acogida que han tenido por parte del público y ha asegurado que no se esperaban haber agotado las más de 23.000 entradas en menos de una hora.
"No tener un plan B dice mucho de nuestra no previsión de que eso pudiera pasar. Porque si nosotros sabemos que vamos a agotar una fecha en una hora, cualquier persona inteligente tiene dos reservadas. Y, en nuestro caso, no es así", ha precisado, al tiempo que ha incidido en que se está intentando buscar una solución para la gente que no ha podido conseguir entrada "aunque no sea en la fecha deseada".
Por otro lado, preguntado por la capacidad que ha tenido La Fúmiga de conseguir que su música llegue a un público más ámplio y diverso, y que en cierto modo ha conseguido normalizar la música en valenciano, el cantante ha señalado que, en este sentido, el grupo Zoo fue "el que marcó un antes y un después" porque "rompieron todos los techos de cristal".
"ROMPER OTRA BARRERA"
"Nosotros, igual que Zoo no pretendió normalizar el valenciano en el Estado Español porque lo hacían desde la más pura naturalidad, tampoco lo hemos pretendido y nuestra manera de hacer música, que sonaba bastante amable, ha conseguido también llegar a más lugares y eso ha roto la otra barrera que nos quedaba para romper: que la música en valenciano no esté ligada únicamente a un perfil sociológico muy concreto de gente y que se quedará en un nicho", ha aseverado.
Y, ha agregado: "Puedo decir con orgullo que en cualquier pueblo del País Valencià, el pueblo más castellanoparlante, se sabe Mediterrània de principio a final".
Preguntado por las criticas que han recibido porque su música no era tan reivindicativa como la de otros grupos del circuito, el vocalista ha indicado que "estas personas deberían asumir que grupos como La Fúmiga o Zoo son absolutamente necesarios para el país que nosotros soñamos".
"Todas esas personas que pretenden destruir algo que a priori está remando en la misma dirección que la suya, realmente, para mí, tienen una manera de actuar igual que la derecha", ha resaltado y ha añadido: "Nosotros nunca hemos creído en packs. Lo que queríamos era llegar a cada escuela, a cada casa, a cada fiesta popular y lo hemos conseguido sin entrar a la gresca con nadie".
En esta línea, interrogado por el futuro de la música en valenciano, el compositor ha señalado que la Fúmiga comenzó en un momento donde desde las instituciones se fomentaba esta música como "nunca antes" y que, en estos momentos, "preocupa que esas oportunidades que nosotros tuvimos y que consiguieron el asentamiento del grupo dentro de un panorama cultural, no las tengan los que vienen detrás".
"Eso es lo que nos asusta pero lo que no me gusta jamás es tener un discurso del miedo", ha manifestado, al tiempo que ha expuesto que grupos como Aspencat estuvieron en activo en el momento "más 'hardcore' del PP" y "no han podido jamás con ellos".
"NI NOSOTROS NI NINGÚN GRUPO SOMOS LOS SALVADORES DE NADA"
Asimismo, ha destacado que el talento de las nuevas generaciones es "brillante". "Si nosotros con mucho menos talento hemos podido vivir de esto y hemos podido cambiar las cosas, ellos no tienen que dejar de creer en eso. Pero si se lo ponen difícil, ahí estaremos, los abuelos como nosotros para echar todas las manos que hagan falta", ha afirmado.
Preguntado por si toda esta situación les hizo replantearse aplazar su salida de la música, Àrtur Martínez ha reconocido que sí pero que consideran que, ni ellos ni ningún grupo son "los salvadores de nada".
"Las victorias de una sociedad son victorias colectivas. Las cosas que son satelitales, como la música, como la cultura, como la literatura, como el periodismo, son vehículos que le dan voz a un pueblo. Pero la verdad es que cuando veo a alguna gente elegirse como salvador de algo, me distancia bastante", ha indicado.
En esta línea, ha sostenido: "Lo que nos gusta es ser el altavoz de las causas pero nosotros nunca seremos la solución. La solución está en las calles, está en las casas, está en las escuelas, está incluso en las urnas, está en muchos lugares".